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Luis Estruch, viceministro de Salud Pública, insistió este miércoles en la ciudad de Holguín en que la mejor manera de luchar contra el virus de la influenza A (H1N1) es la prevención a todos los niveles, como lo hace Cuba.
En declaraciones a la AIN destacó que la Isla se encuentra preparada para lo que resta de los meses invernales, etapa en la cual aumenta el número de personas enfermas con infecciones respiratorias agudas y con ello la posibilidad de transmisión de 23 virus que se encuentran en circulación.
Por esta causa, agregó, el país intensifica el pesquisaje a embarazadas, madres, niños menores de un año, discapacitados o asmáticos, grupos poblacionales de mayor riesgo, quienes deben acudir de inmediato al médico más cercano ante la aparición de los síntomas conocidos de esta infección.
Estruch comentó que el reforzamiento de la atención en los cuerpos de guardia y urgencias médicas en los hospitales y centros sanitarios es hoy una fortaleza que permite mayor rapidez a la hora de brindar cuidados a los enfermos.
El sistema de salud pública está listo y cuenta con todos los recursos necesarios para afrontar cualquier eventualidad, explicó, pero la labor profiláctica es fundamental, especialmente en las escuelas, centros de trabajo y el hogar.
En esta misión es muy importante continuar la vinculación con la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa de la Revolución y la Central de Trabajadores de Cuba, porque permite llegar a todos los sectores a lo largo y ancho de la Isla, detalló el vicetitular de Salud Pública.
Durante el balance territorial de 2009, Struch destacó que el país concluyó el año anterior la vacunación a más de medio millón de cubanos contra la gripe estacional y que ahora espera recibir de la Organización Mundial de la Salud la vacuna contra la gripe epidémica.
En el resumen anual, al cual asistió también Jorge Cuevas Ramos, primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, el Viceministro reconoció el trabajo integral del sector, con especial énfasis en el programa materno infantil, que alcanzó la tasa de mortalidad más baja de Cuba con 3.5 fallecidos por cada mil nacidos vivos.
