Caricatura de una joven policía montada en su moto, portando un acta de la UJC. Autor: Adán Iglesias Publicado: 21/09/2017 | 04:54 pm
Los delegados a las conferencias de la Juventud en el MININT en las provincias de Villa Clara, Las Tunas y Santiago de Cuba, más que acudir a la apología, dedicaron el debate a examinar aquellas cuestiones que impiden un mejor desempeño de la militancia en la institución.
El hecho de que más del 90 por ciento de los miembros de la UJC en el Ministerio del Interior en Villa Clara, pasen a integrar las filas del Partido, reflejó la ejemplaridad de su militancia. Sin embargo, existen inconformidades en el trabajo de la organización en esa institución.
Hubo numerosas intervenciones para subrayar el papel que deben desarrollar las organizaciones de base y la militancia para lograr una mejor atención en los servicios que se prestan a la población; en el trabajo de prevención y en el enfrentamiento a los hechos de corrupción, delitos e indisciplinas sociales.
Para ello el teniente Léster López, primer instructor UJC-MININT en la provincia, llamó a elevar todavía más la combatividad y valentía política de la militancia.
El tema sobre la vida interna lo esgrimió el delegado Yordani Peña al plantear que persisten insatisfacciones en cuanto a la asistencia a las reuniones e, incluso, falta de ejemplaridad de la militancia, lo cual fue reiterado también por otros asistentes.
Hilder Torres Escalona, miembro del Buró Nacional de la UJC, se refirió a la necesidad de desterrar el paternalismo, y a que los militantes asuman tareas específicas y cumplan sus obligaciones.
La cadete Yaidelis Rodríguez introdujo el tema de que existe una deficiente atención a los cadetes insertados en la Universidad, y al respecto se abogó por una mayor vinculación del MININT con estos estudiantes.
A modo de resumen del debate, el teniente coronel Gabriel Dueñas Pérez, jefe de la Sección Política MININT en Villa Clara, destacó que lo analizado resulta muy provechoso para la organización y para garantizar el orden, la seguridad del Estado y la tranquilidad ciudadana.
Dos momentos también relevantes fueron la entrega de la Medalla José Antonio Echeverría al joven oficial Armando González Díaz, otorgada por el Consejo de Estado, a propuesta del Buró Nacional de la UJC, por sus aportes científicos e investigativos, y la elección del capitán Dayron Quintana Pérez, delegado al IX Congreso de la UJC.
Juventud y compromiso
Teresa Amarelles, primera secretaria del Partido en Las Tunas, fue quien se percató: «Ay, pero yo veo pocas mujeres aquí. A ver, que levanten la mano las mujeres». Y en el salón donde sesionaba la XII Conferencia de la UJC-MININT en el territorio, ellas confirmaron a mano alzada su franca minoría.
«¿Cuándo tendremos por acá una mujer jefa de sector?, preguntó. ¿O una vigilante de carretera? Nosotras estamos preparadas para darle cumplimiento a cualquier misión, por difícil que sea. Y en el ámbito policial hemos demostrado que quienes delinquen nos respetan. Creo que debemos prestarle atención a esta desproporción de género».
Intervenciones de este cariz le insuflaron ritmo, actualidad y calado a la reunión juvenil tunera. Y entre los aspectos que más llamaron la atención, figura en primerísimo término el interés manifiesto de delegados e invitados en evadir posiciones de autocomplacencia para concentrarse en las dificultades que lastran hoy el trabajo.
«Lo primero que debemos preguntarnos es qué estamos haciendo para eliminar los formalismos en el funcionamiento de nuestras estructuras», dijo el primer teniente Serguei Machirán, segundo jefe del Departamento UJC-MININT. «Cada reunión debe constituir un congreso al nivel correspondiente. Y eso lo avalará el protagonismo que alcancen los jóvenes en la resolución de los problemas de su radio de acción», acentuó.
Pero, ¿qué entiende por «problema» la vanguardia juvenil del MININT? Pues algo más que reunirse y cotizar. En la opinión de numerosos delegados significa también, entre otras cosas, fortalecer el trabajo político-ideológico, reforzamiento de los valores, estudio de la historia local, responsabilidad en el cumplimiento de las misiones y profesionalidad y ética en el tratamiento policial.
Se han puesto en práctica iniciativas interesantes, como la que se lleva a cabo en el Laboratorio Provincial de Criminalística. «Allí los militantes del Partido apadrinan a los de la UJC y a los jóvenes no militantes. Esa relación repercute en la ejemplaridad», aseguró el teniente Alexei Díaz Salinas, quien resultó electo delegado al Congreso de la UJC.
Hablaron guardafronteras, policías, peritos e instructores. Todos manifestaron su disposición de defender la Revolución en sus trincheras, lo que se traduce en mantener a ultranza la seguridad del Estado socialista y el orden interior. Porque como dijo el coronel Héctor Ávila, delegado del MININT en Las Tunas, citando a Fidel: «Los imperialistas deben convencerse de que a Cuba nunca la tendrán».
En las conclusiones de la conferencia, la Primera Secretaria del Partido en Las Tunas aceptó que, en efecto, están identificados muchos problemas, pero estamos en una etapa donde resulta necesario ir más allá de la mera identificación: «Se trata de transformarlos y de actuar con celeridad en su solución».
Enfrentar los problemas
Hacia la raíz, para robustecer desde las esencias la militancia de la UJC dentro del MININT en Santiago de Cuba, se encaminó la conferencia de la organización en este territorio.
El análisis crítico ratificó que únicamente una organización vigorosa y vital es garantía de continuidad y vía expedita para elevar el papel de los jóvenes en el cumplimiento de las altas y sacrificadas misiones que tienen por delante en defensa de la seguridad y el orden interior.
En el decrecimiento de la actividad delictiva y la elevación del esclarecimiento del delito en predios santiagueros; en los avances en el enfrentamiento a la corrupción y las drogas; en el sostenido trabajo educativo en prisiones; en los resultados superiores en todos los frentes, como se enfatizó más de una vez en la asamblea, han estado presentes el esfuerzo y dedicación de los nuevos, que hoy son un por ciento importante dentro de las fuerzas del MININT en el territorio.
Sin embargo, dificultades con la asistencia a las reuniones ordinarias, el hecho de que muchos combatientes no tengan la preparación político-ideológica necesaria, o que un elevado número de militantes, tras más de una década en la UJC, prefiera acogerse al principio de la voluntariedad y evada su incorporación a las filas del PCC, demostraron que urge atender y perfeccionar el funcionamiento interno de la organización.
Que la suerte de la UJC se decide en sus estructuras de base es una verdad que ha probado el tiempo. Mas la batalla de hoy, coincidían los delegados, es de métodos. Fortalecer la vida interna de la organización de vanguardia de la juventud, aportaron los jóvenes en casi una veintena de intervenciones, pasa por elevar la preparación de los dirigentes desde el conocimiento de los documentos rectores y también desde la superación cultural y política, para incrementar la calidad de la preparación de las reuniones, así como la exigencia y combatividad como únicas formas de garantizar una férrea disciplina.
Conseguir el funcionamiento de la UJC que necesita hoy el país —se reiteró en la conferencia juvenil— pasa por alejar formas rígidas de pensamiento.
Siguiendo esa línea de las reflexiones, el primer teniente Sergei Marchirán, segundo jefe del Departamento UJC-MININT, instó a dinamizar el trabajo en aras de extender el protagonismo que hoy alcanzan los combatientes en el cumplimiento de las misiones. «Ser militante de la UJC no puede ser solo ir a una reunión y cotizar. Hay que fortalecer la educación política, con énfasis en el conocimiento de la historia, y aprender a dirigir desde la diversidad presente en todo universo juvenil, con combatividad y ejemplaridad».
Por su parte, Hilder Torres, integrante del Buró Nacional de la UJC, llamó a los jóvenes combatientes a transformar estas situaciones, aprovechando sus potencialidades, para pasar a desafíos superiores, como aumentar la vigilancia revolucionaria y la ejemplaridad de la militancia juvenil, únicamente logrables con trabajo oportuno y superación constante.
«No podemos seguir contemplando los problemas, pasando por el lado de los problemas, sin enfrentarlos, sentenció. Mientras tengamos militantes de la UJC que no sean ejemplo es imposible que la organización avance lo que el país necesita».
En la Conferencia fueron elegidos como delegados a la magna cita juvenil el capitán Guberto Pérez Torres, segundo jefe del órgano de Informática, y Kenia Hernández Fajardo, oficial de Información y Análisis de la Contrainteligencia.