Rodolfo Falcón Jr. contribuyó al éxito de su equipo en la Liga Atlética Interuniversitaria. Autor: DeporCuba Publicado: 10/12/2025 | 11:29 pm
Sin duda, el resultado más grande de la natación cubana lo protagonizó Rodolfo Falcón en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, cuando acarició una histórica presea de plata (detrás del estadounidense Jeff Rouse), con un tiempazo de 54:98 segundos, en la modalidad de 100 metros estilo espalda, siendo el único subtítulo de la piscina de la Isla en una cita estival.
Y, exactamente, en este caso bien vale el repetido refrán: «Hijo de gato caza ratones». Siguiendo los pasos de su progenitor, el jovencito Rodolfo Falcón Jr., quien tuvo su primera experiencia olímpica en París 2024, potencia sus brazadas en la Universidad del Sagrado Corazón, de Puerto Rico, donde, a la par, lleva sus estudios.
La presión de la trayectoria de su padre, que en muchas ocasiones opaca grandes carreras, no pesa al pequeño tritón habanero, especialista en pruebas de fondo. En San Juan, la capital de la Isla del Encanto, el cubano demostró su crecimiento con el equipo de los Delfines de su institución académica en el Campeonato de Piscina Corta, perteneciente a la Liga Atlética Interuniversitaria.
Sus resultados destacaron, tanto a nivel individual como en los relevos, con tres marcas personales en 200, 800 y 1500 metros del estilo libre. Rendimiento que, por su juventud y desarrollo, lo consolida como una de las grandes promesas de la natación de la Isla.
En la distancia de 400 metros libres, sus brazadas doradas lo encaminaron hacia el título del certamen en esa especialidad. Pero la diadema no fue lo único positivo de su incursión en tierra boricua. Quizá, hasta lo más trascendental, radicó en su marca de llegada a la meta: 3:54.35 minutos, un registro que los estadísticos destacan porque lo más cercano a él se realizó en los años 90 del siglo pasado.
Tampoco pasó desapercibido su desempeño en las pruebas que, a priori, eran las más fuertes del antillano. En los 1500 m también estampó su nombre en la presea de oro, con un crono de 15:28.29 m, mientras que, en los 800 m libres, se colgó un subtítulo, con el aliciente de mejorar su récord personal hasta los 8:05.28.
Pero fue en los 200 m libres donde dejó su impronta. Su presea de bronce es anecdótica en comparación con su tiempo de 1:52.65, que constituye la tercera mejor marca de la historia de la natación cubana en la distancia ―tendríamos que remontarnos hasta 1991, cuando René Sáez estableció récord con 1:51.98― y el registro más rápido de un atleta de la Mayor de las Antillas en el último quinquenio.
Sin embargo, Falcón no solo dominó en el estilo libre, sino que probó ser un nadador de mil herramientas y se alzó con un metal plateado en la prueba de 400 m combinados individuales. Un crono de 4:39.57 le bastó para colocarse en la segunda posición del evento.
Agregó a la cosecha otro gran rendimiento en los relevos, con una diadema de oro en el combinado y dos de plata en 4x100 m y 4x200 m, ambas en estilo libre. De esta forma contribuyó a la corona de equipo campeón de la Universidad del Sagrado Corazón, que un año antes también subió a lo más alto con los aportes del tritón cubano.
Y tal parece que este torneo en la isla vecina le viene como anillo al dedo. En su primer año en esta liga, Falcón participó con otra actuación envidiable que sumó siete oros, tres platas e igual número de bronces. En buen cubano… ¡le tomó la medida!
No obstante, su aspiración principal son las Olimpiadas de Los Ángeles 2028. Así lo dejó entrever en entrevista a la página de la Liga hace un año: «Los Juegos Olímpicos son el sueño de todo atleta… y poder llegar allí es una meta».
23
