El inventario de incendios en Cuba demuestra que no hay época del año donde pueda asomar la calma. El Cuerpo de Bomberos ha tenido que intervenir en más de 4 700 sucesos de este tipo en el primer trimestre de 2009
Nunca se sabe de dónde puede salir la primera chispa. Una colilla encendida, una fogata no aconsejada, un horno clandestino o una cocina desatendida pueden ser motivo suficiente para que todo arda.
Los reportes confirman que durante 2008 hubo un despunte en el número de incendios. A 10 596 llegó la cifra.
Las estadísticas del primer trimestre de este año tampoco resultan muy alentadoras. El Cuerpo de Bomberos ha tenido que intervenir en más de 4 700 sucesos. Las dos provincias habaneras, Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara aparecen como las más afectadas.
El inventario de fuegos demuestra que no hay época del año donde pueda asomar la calma. Los miembros del Cuerpo de Bomberos lo saben. Las llamas pudieran apresarse, ¿y la imprudencia?
¡Fuego!La historia que guardo de mi niñez tiene puntos coincidentes con el entuerto que sufrió Tula por no apagar la vela. Solo que en esta, mi vecino —con exceso de tragos— se quedó dormido mientras fumaba.
Es imposible olvidar la gruesa columna de humo que quedó después que el carro rojo se marchara, ni a los valientes jóvenes que momentos antes le salvaron de las llamas gran parte de la casa.
La cifra de estos hechos en el sector residencial, en los primeros tres meses del año, le sigue a los acaecidos en la maleza; y es preocupante que se hayan originado más de 500 incidentes en viviendas cubanas.
Las causas más comunes de incendio en este sector corresponden al mal estado de las instalaciones eléctricas y la sobrecarga en las líneas, así como al trasiego de gas licuado (GLP) que realizan personas no facultadas para estas tareas, que lo hacen con métodos rústicos no recomendados.
Lo anterior lo explicó a este diario el teniente coronel Rolando Menéndez Mesa, jefe de la Secretaría del Cuerpo de Bomberos de Cuba, quien sostuvo que la quema no controlada de áreas yermas y desperdicios sólidos en varias ocasiones se ha propagado hacia los hogares.
En el caso de la capital, según se precisa en un informe ofrecido a la prensa esta semana, los hechos en viviendas ocurren principalmente en los municipios de La Habana Vieja y Centro Habana, debido al deterioro de las redes de distribución de gas manufacturado y las cocinas en mal estado.
La evaluación de lo ocurrido en este sector durante 2008 no fue muy halagüeña. Más de 2 000 casos sucedieron por estos mismos problemas, junto al defectuoso aislamiento de los conductores eléctricos. Tampoco escapan de las razones que provocan estos fenómenos, los infortunados descuidos que se cometen al estilo del de mi vecino.
El 63,8 por ciento del reporte total de incendios en este primer trimestre ocurrió en áreas boscosas, donde el exceso de hojas, troncos y gajos secos que quedó disperso tras el paso arrollador de los tres últimos ciclones, sirvió de materia para la combustión.
Además de que Ike, Gustav y Paloma dejaron suficiente pasto para el fuego, el peligro aumenta cuando no son frecuentes los aguaceros, y cualquier fumador desaprensivo puede lanzar la colilla y ocasionar el destello.
Este panorama parece repetir la situación de igual etapa de 2008. La maleza y los residuos sólidos resultaron el material inflamable de 5 115 accidentes de esta naturaleza. Entre enero y mayo igualmente ocurrieron con mayor frecuencia estas contingencias.
No juegues con candelaEntre las afectaciones principales al Sistema de Seguridad Contra Incendios se encuentra el incumplimiento de las medidas de seguridad, tanto operativa y de emergencia en el proceso de inversiones, y la explotación de instalaciones importantes sin la seguridad requerida.
La escasa capacitación de dirigentes, técnicos y trabajadores en materia de seguridad contra incendios, así como en la organización, preparación y adiestramiento de las brigadas contra estos incidentes, figuran también entre las insuficiencias.
Estos detalles no escapan a la subteniente Arianne Leonard Corría, graduada de la Escuela Nacional de Bomberos, quien se desempeña como inspectora del Comando 10 de Guanabacoa.
Su labor escrutadora en organismos e instituciones le ha permitido conocer que entre las violaciones más frecuentes se encuentran la insuficiencia de los sistemas de protección, el incumplimiento de las normas de almacenamiento y la falta de preparación del personal en materia de protección contra igniciones y riesgos eléctricos.
Persisten también limitaciones en las fuentes de abastecimiento de agua y la ausencia de hidrantes para la extinción de las llamas en los centros poblacionales más importantes del país.
Por las infracciones que son detectadas en los centros, según confirmó la subteniente, se aplica un grupo de medidas legales, como imposición de multas o paralización de equipos que puedan significar un riesgo.
Para evitar estos incidentes, el subteniente Roberto Cintra Molina, jefe del Comando 10 de Guanabacoa, recomendó que lo más importante es crear hábitos preventivos que contribuyan a reducir los incendios y sus consecuencias, porque insistió: «Estas eventualidades siempre pueden evitarse».
¿Qué hacer en caso de incendios?
— Llame a los Bomberos (solo tiene que marcar el 105)
— Desconecte la energía eléctrica
— Evacue a todas las personas
— Si no está capacitado para extinguirlo no se exponga, espere la asistencia
de los bomberos
— No regrese al lugar en combustión para rescatar bienes materiales
— No utilice elevadores, sino las vías de evacuación