La epilepsia es la primera causa de ingreso en los servicios de neurología pediátrica en Cuba, por encima de otras afecciones como los problemas en la columna vertebral o los trastornos de la marcha y del sueño, se conoció en el Congreso Internacional de Neurología y Neurocirugía NEUROCUBA 2009, celebrado recientemente en esta capital.
Según expresó a JR la doctora Ileana Valdivia Álvarez, especialista de segundo grado en Pediatría del hospital pediátrico docente Juan Manuel Márquez, el 80 por ciento de los epilépticos puede resolver sus crisis con los medicamentos habituales disponibles en nuestra red de farmacias, pero el resto no resuelve con ellos.
«Desde inicios del año 2000
—reveló— en nuestro país se empezaron a comprar medicamentos de nueva generación, que en el mundo se demostró que eran muy buenos, y aunque entraron de forma limitada pudimos administrárselos a un grupo importante de niños para conocer su respuesta.
«De esa forma logramos que, de todos los niños cubanos que llevaban muchos años sin resolver la epilepsia, al menos la mitad logró el control total. Ahora el problema es con la otra mitad, que pasa toda su vida convulsionando, o diaria, semanal o mensualmente».
La también profesora auxiliar destacó la importancia de hacer una identificación temprana de estos niños mediante el conocimiento de los factores de riesgo, los cuales permiten a los médicos saber que estos pacientes evolucionarán mal, porque la epilepsia en el menor mientras más temprano comienza peor pronóstico tiene.
«Buscamos alternativas de tratamiento como la cirugía, que quisiéramos que se institucionalizara en los pequeños. Los doctores del Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) poseen experiencia en este tipo de intervención, y con razón se dice que la cirugía de la epilepsia en Cuba es un hecho; pero lo es en los adultos, en los niños no.
«Otra alternativa es la dieta cetogénica, que se puede administrar, aunque es un poco trabajosa por su sabor. Es una alimentación rica en grasas, que hace que el cuerpo produzca cuerpos cetónicos, que detienen las convulsiones.
«Para ponerla en práctica se requiere de un equipo multidisciplinario que incluya un nutriólogo, un neurólogo, un fisiatra, y también de gran disciplina por parte del paciente. Pero tampoco se ha podido implantar como programa; solo se ha administrado a casos aislados.
«Son alternativas que pueden ser la vía para tratar que el menor grupo posible de niños con epilepsia quede sin resolver o, al menos, disminuir considerablemente el número de crisis».