Querida Alicia:
Recibí tu hermosa carta. No te imaginas cuánto admiro tu capacidad de preservar y dominar la inteligencia privilegiada que te acompaña.
Nunca olvido lo que me contaste un día sobre el oído que te permite seguir el ballet, con los ojos cerrados, por las leves pisadas de las zapatillas.
Tu mérito es muy grande. Alcanzaste los más altos laureles del mundo antes del triunfo de la Revolución. Solo excepcionalmente alguien puede realizar esa proeza. Hoy el ballet y otras muchas actividades del arte y la cultura se han masificado. Aquella fue como la mano de seda que despertó el genio dormido en el fondo del alma de nuestro pueblo.
¡Gloria imperecedera al 60 Aniversario del Ballet Nacional de Cuba!
Fidel Castro RuzOctubre 16 de 2008