Cinco provincias han quedado atrás para la expedición aniversario 50. Hasta las arenas donde los tanques mojaron sus esteras en el abril victorioso de 1961, llegamos ayer a bordo del ómnibus 3209, moderno rocinante para desandar la historia de cara al sol.
En el museo de Girón, estremece la blancura de los agujereados zapatos de Nemesia, custodiados por morteros milicianos, por aviones y ametralladoras, pero sobre todo emociona la juventud en el rostro de esos hombres que apagaron el fuego enemigo en apenas 65 horas, regando en el manglar su noble sangre.
De abril a septiembre, andamos por la costa sur. En Cienfuegos, en el único Museo naval del país, Elio Félix y Nancy portan las flores de tributo a los honrosos marinos alzados en 1957 contra la tiranía de Batista.
De la Perla del Sur nos despedimos en el muelle donde el brioso Julio Antonio Mella pisara por última vez tierra cubana. Hacia Santa Clara viajamos de prisa. Se ríe, se juega y un quijotesco trovador dice que empezamos a ser canción mientras la cámara de Andrés nos atrapa felices.