Foto: Roberto Morejón La ciencia cubana es un producto genuino de la Revolución y de Fidel, quien insistió en el desarrollo del conocimiento y la innovación científica como vía para consolidar el progreso integral de la nación.
Lo anterior fue reconocido por los panelistas de la mesa redonda informativa que este jueves valoraron el papel de la ciencia cubana, su conexión con la economía y su función social.
Hacer ciencia en beneficio del pueblo, asimilar el conocimiento internacional y la tecnología, la integración entre las instituciones científicas y la ética de los científicos cubanos sustentada en el altruismo y el humanismo, han sido fortalezas del sector.
Según Lina Domínguez Acosta, viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, es necesario convertir la ciencia en productos y servicios, y continuar trabajando concatenadamente con universidades y el Fórum de Ciencia y Técnica, los polos científicos y el sindicato de la Ciencia, la Educación y el Deporte.
Al referirse al impacto del período especial, la funcionaria reconoció que como a otros sectores, esta crisis también los afectó. Pero a finales de la década de los 80 se había ganado terreno en la proyección de la industria médico-farmacéutica y con la caída del campo socialista se decidió no paralizar las inversiones concebidas.
En la Isla el 75,4 por ciento de los proyectos investigativos son financiados por el Estado y se organizan en sistemas y programas que llegan a todos los niveles. Casi todos los organismos tienen capacidades de investigación con carácter abierto y creativo.
Estos programas deben contar con estudios de factibilidad donde se contemplen los gastos y beneficios, y donde el bienestar social tenga un peso importante. Para eso el sector cuenta con un capital humano de 33 875 trabajadores, de ellos 12 737 poseen nivel superior.
José Luis Fernández Yero, director del Centro de Inmunoensayo, destacó que la industria biotecnológica cubana ha desarrollado más de 165 productos, entre ellos vacunas, complejos farmacéuticos, así como programas nacionales basados en la tecnología del Sistema Ultra Micro Analítico (SUMA), presente en 194 laboratorios en toda la Isla.
Esta tecnología ha permitido el análisis y diagnóstico de más de 52 millones de cubanos en 25 años, presente en varios programas de salud como el materno infantil, el de certificación de sangre, vigilancia epidemiológica, programa de cáncer, certificación de órganos, de placenta, neurocirugía de mínimo acceso y recientemente se está ingresando en el programa de la diabetes.
Uno de los propósitos futuros es municipalizar la tecnología SUMA, de manera que llegue a todas las familias y garantice la atención primaria a las gestantes y niños principalmente.
Aprovechar potencialidadesJosé Luis García Cueva, director de Ciencia y Técnica del Ministerio de Educación Superior, destacó la importancia de convertir las universidades en centros de investigación, y el valor de la gestión del conocimiento en la formación local, para el desarrollo científico de la comunidad.
La cobertura universitaria en el país ha permitido el avance de nuevos métodos y estrategias para mejorar la producción y eficiencia en importantes renglones de la economía como la industria alimenticia y la agricultura, entre otras.
Ejemplo de ello son los premios nacionales a la Innovación, donde resultaron galardonados un explorador del sistema de potencia eléctrica nacional, creado por los cubanos entre la Universidad Central de las Villas, la CUJAE y la Unión Eléctrica Nacional.
Asimismo, un sistema de proyección de viviendas con materiales ecológicos, que pretende desarrollar una industria de materiales de construcción local, elaborado también entre la Universidad Central de Las Villas, la CUJAE y el MICONS, junto a otras instituciones.
Según señaló el funcionario, el significado de la ciencia está ligado al perfeccionamiento de las empresas nacionales en las producciones de leche, donde participan entidades investigativas junto con una renovación tecnológica vinculada con las investigaciones realizadas en diferentes universidades de todo el país.
Juan Luis Martín Chávez, coordinador del polo de las ciencias sociales y humanidades, señaló que los hombres y mujeres que desarrollan las ciencias sociales en el país han sido actores dinámicos ante las necesidades económicas en los últimos años.
Según explicó en el espacio informativo, las investigaciones concentran tareas de orden económico y otras que no son de ese corte. Entre sus temáticas figuran el impacto de la Revolución Energética, la política de empleo, métodos para prevenir el delito y la corrupción, así como la emigración interna y externa.
En la macroeconomía se le agradece su contribución en la elaboración de escenarios económicos factibles, identificación de cambios estructurales, y en investigaciones encaminadas a aumentar la competitividad del turismo y la agricultura.
Juan Manuel Presa Sagué, viceministro de la Industria Básica, dijo que además del programa de la Revolución Energética desarrollan nuevos proyectos inherentes a la petroquímica, los cuales gracias a sus centros de investigaciones marchan satisfactoriamente.
Manifestó que el Período Especial menguó sus recursos humanos al emigrar a empleos mejor remunerados, pero que actualmente se revierte esta situación, así como se avanza en la recuperación de instalaciones y laboratorios.
Vito Quevedo, director de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica del CITMA aseguró que se han logrado importantes resultados en los servicios de salud y capacidad exportadora del país tras el establecimiento en el año 1994 del sistema de innovación tecnológica.
De ahí que la integración sea uno de los pilares fundamentales en el éxito. Ejemplo de ello son la agricultura urbana, la ampliación del sistema meteorológico nacional, la producción de equipos médicos, así como en el tema de la defensa nacional.