El coliseo aparenta desde afuera buena salud, y con hidalguía brinda funciones, pero el deterioro es visible
MATANZAS.— Al entrar a la recepción del teatro Sauto un gran charco de agua era el dueño del piso, vestigios de la lluvia del día anterior filtrada por el techo. Vimos las paredes húmedas y a varias trabajadoras con sus bayetas en el trapeador secando todo aquello.
Caminamos los rincones más oscuros de las entrañas de esta añeja armazón de madera. Cada paso sumaba una nueva preocupación: humedad por aquí, comején por allá... El coliseo aparenta desde afuera buena salud, y con hidalguía brinda funciones, pero el deterioro es visible.
«Sería catastrófico cerrarlo», se muestra alarmado Daneris Fernández Fonseca, historiador de ese centro, teniendo en cuenta que la humedad, hongos y termitas lo convertirían en un gran manjar. El Sauto está herido, añadiríamos.
El deficiente trabajo de una empresa constructora ha hecho que la vetusta edificación se siga «bañando» hoy por varios lugares cada vez que llovizna, y esa frialdad en sus «centenarios huesos» la «resfría» peligrosamente.
El Sauto ganó la demanda, pero...La Sala de lo Económico del Tribunal Provincial de Matanzas falló a favor del teatro Sauto por su demanda económica contra la Empresa Constructora Integral No. 9 (ECI 9) por incumplimiento de garantía contractual y declaró sin lugar la solicitud de indemnización por daños y perjuicios.
Ahora la empresa constructora está obligada a cambiar todos los lugares de la cubierta con dificultades, es decir, todo lo que está mal.
El informe presentado a la instancia jurídica por Judith Brito Ballester, abogada del Bufete No. 1 de Matanzas y representante del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, recoge que mediante Contrato No. 25, de fecha 20 de octubre de 2000, de Ejecución de Obras, el constructor (Empresa Constructora Integral No. 9 Matanzas), se comprometió a ejecutar y entregar, en los plazos establecidos, de conformidad con las especificaciones técnicas y de calidad, a total satisfacción del inversionista, los trabajos de construcción y montaje requeridos para la ejecución del teatro Sauto.
Al terminar los trabajos y retirarse la brigada de constructores se apreció que las tejas no estaban colocadas firmemente, levantadas en solapas y bordes extremos; que se realizó de forma deficiente la colocación de los elementos de fijación, ya que la mayoría de estos no se encuentran en la línea de guía que está marcada en la teja, no todos tienen la arandela de neopreno para hacer una fijación estanca, y existen zonas donde se realizaron barrenos erróneamente y no están sellados, al tiempo que debieron ser colocados los tornillos con grapas de goma en todos los agujeros y lugares donde existan puntillas.
En la zona de las canales de desagüe el borde de las tejas fue cortado de forma irregular de modo que no cubren suficientemente las canales, y para solucionar la impermeabilización en esta zona se colocó una manta asfáltica en la pared vertical de la canal, que se despegó de la misma en una longitud excesiva, provocando que se redujera la capacidad de la canal, lo que trae como consecuencia que las aguas que fluyen a través de las dos pendientes tengan una presión mayor que la debida y penetren por debajo de la teja y la manta. Tampoco se realizaron adecuadamente los encuentros de los pretiles con las canales pluviales y con las tejas metálicas.
Apreciadas tales deficiencias se hizo la reclamación correspondiente, con el objetivo de que fueran rectificados los trabajos por la entidad ejecutora. Nunca se recibió respuesta ni hubo diálogo alguno entre las partes a pesar de los intentos de los inversionistas.
El 9 de septiembre de 2005 la Comisión Nacional de Impermeabilización efectúo una visita técnica a la instalación con la finalidad de constatar el estado de la cubierta y las filtraciones generadas por el montaje inadecuado de la misma, recomendándose la sustitución del techado por una solución que garantice las condiciones acústicas de la instalación y que constituya un sistema con todas las acciones que aseguren la impermeabilidad.
El mencionado dictamen fue enviado a la Empresa Constructora Integral No. 9 y tampoco en esa oportunidad contestaron ni fueron adoptadas acciones para solucionar los problemas, aun cuando era suya toda la responsabilidad.
Además, y por si fuera poco, transcurría el tiempo y la ECI 9 no mostraba interés en al menos entregar la obra. Tampoco respondieron; por lo que se presumió la entrega y se reclamó a la entidad constructora en virtud de la garantía contractual de un año establecida en el contrato firmado por las partes, además de la indemnización por los daños causados por la incorrecta ejecución del trabajo.
El silencio de la empresa provocó la interposición de la demanda, sustentada en el Artículo 29 del Decreto 96, de fecha 18 de junio de 1981, Reglamento de las Condiciones Generales del Contrato de Ejecución de Obras, el cual establece la responsabilidad del constructor por la conservación de las obras mientras no se firme acta de recepción por el inversionista, corriendo por su cuenta y riesgo el deterioro y los daños que sufra.
Hubo incumplimiento contractual por la parte demandada, tanto en lo que respecta a la entrega de la obra como en cuanto a la garantía contractual.
Cecilia Sodis, directora de la institución cultural desde hace 18 años, manifiesta que el fallo de la Sala de lo Económico del Tribunal Provincial de Matanzas hizo que la brigada de constructores de la ECI 9 volviera a rehacer una parte del trabajo mal hecho, sin embargo —asegura— el agua sigue filtrándose por algunos sitios.
«La impermeabilización de la cubierta nunca se ha solucionado y la obra no se ha entregado oficialmente», sostiene Cecilia.
Comején a la ordenUnos pequeñines devoradores desandan el Sauto como Pedro por su casa. Los nombran comejenes o termitas. La combinación humedad-comején arruina la joya cultural matancera.
La Máster en Ciencias Haylett Cruz Escoto, entomóloga forestal, diagnosticó tres especies de comején o termitas en la instalación. Aparecen en espacios vacíos de circulación de aire, paredes, closet, pisos, conductos de electricidad y conducciones hidráulicas. Los nidos pueden encontrarse en el interior de la edificación o en el exterior infestando a una especie arbórea.
Daños en lo más alto del teatro. La investigadora auxiliar del Departamento de Genética y Protección del Instituto de Investigaciones Forestales, manifestó a JR que el Sauto, de gran valor histórico y cultural y con la categoría de Patrimonio Nacional, se encuentra seriamente dañado por la especie Nasutitermes rippertii, que afectó primero a los framboyanes de los alrededores, y que al encontrar condiciones óptimas se estableció en el sótano y en los primeros pisos de la edificación, atacando los falsos techos, madera de marcos y puertas, conductos de aire, marquetería, vigas y alfombras.
«Los nidos presentaban grandes dimensiones (50 centímetros de diámetro por cien centímetros de altura) y permanecieron ocultos en varios sitios de la edificación, donde se presume que la infestación se inició hace alrededor de tres años», recalca la estudiosa.
«Los trabajos para el tratamiento de los comejenes son delicados, ya que cada especie presenta una biología diferente y por tanto el manejo de sus colonias también debe ser específico en cada caso», concretó.
Agregó que cuentan con los profesionales y los productos adecuados para llevar a cabo los trabajos de manejo de estos insectos: «El rescate del Sauto será un éxito si son dispuestos todos los mecanismos y utensilios para realizar los tratamientos», concluyó Haylett.
La suerte no está echadaEl Doctor en Ciencias Forestales Carlos Sosa Suárez, investigador titular del Instituto de Investigaciones Forestales, confirma que existe un contrato de servicio científico-técnico relacionado con la investigación silo sanitaria y la determinación de la dureza aparente de la madera del teatro Sauto.
Especifica que una inspección a todos los elementos de madera, implicaría posteriormente un informe técnico que reflejara el estado sanitario y mecánico de la madera, elementos que se deben sustituir, especies adecuadas, suministradores y las maderas que se deben preservar. Este trabajo comprende todos los niveles del teatro.
«Hay algunas áreas con más problemas, pero pensamos que la institución es salvable y siempre en las inspecciones tratamos de proteger al máximo posible las piezas y hasta objetos metálicos, originales y antiguos, lo que garantiza que la instalación siga siendo la misma, pues si sustituimos los elementos sería un nuevo teatro en el mismo espacio donde estaba el original», reflexiona Sosa.
A este investigador le preocupa la situación de la cubierta, que tiene algunas piezas con problemas por los ataques intensos de las termitas, aunque precisa que el nivel de infestación no es el mismo que había tres años atrás. «No dudamos de que el teatro se va a ir restaurando totalmente», sentencia Sosa.
Por su parte, Idalmis Acosta Morejón, licenciada en Química y especialista del Instituto de Investigaciones Forestales, concreta que se ha llevado a cabo una inspección tabla por tabla, al 50 por ciento de las áreas de madera. «Hemos encontrado grandes afectaciones, pues apreciamos zonas completas inaccesibles, como las estructuras de madera que están empotradas en las paredes y que no eran visibles, pero sí están muy atacadas y llevan una inspección más profunda que es difícil porque hay que romper paredes», aclara la joven.
«Es un trabajo arduo e intenso, y hasta se numeran las vigas y tablas por zonas, según vimos en nuestra visita. No sabemos cuál es la afectación de la sala. Todos los ataques se habían encontrado a la derecha del teatro, pero ahora el comején está activo también en la izquierda», concluye la especialista en productos naturales y preservación de madera.
Jesús Aránega, trabajador de la Estación Experimental Forestal del municipio de Martí, ha tocado gran parte de las vigas o tablas del teatro, descubriendo las insaciables termitas que acaban con todo a su paso, aunque según dice el año pasado apreció mucho más comején que ahora.
Nos marchamos tristes. El llanto del Sauto dejará de escucharse cuando al menos sus duras maderas estén secas y el comején deje de barrenar listones y vigas para saciar el apetito.