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Después de ir juntas a ver a su papá, Ivette e Irmita, están como su mamá, Olga Salanueva más convencidas de que no serán doblegadas por las inhumanas medidas del imperio, y seguirán batallando por la libertad de René y de los otros cuatro cubanos detenidos injustamente por combatir el terrorismo.
Luego de varios años durante los cuales René González no pudo ver ni tocar a la pequeña Ivette, por fin la abrazó en diciembre.
Pero las condiciones impuestas al encuentro fueron lo suficientemente crueles como para no dejar que se realizase el sueño de reunirse los cuatro y tener, al menos, un recuerdo de la familia. No tienen una foto juntos.
Los detalles fueron brindados en la Mesa Redonda Informativa durante la entrevista que realizara la periodista Arleen Rodríguez Derivet a Olguita y sus hijas, antesala del documental El proceso, de Rolando Almirante, proyectado en el espacio.
«Siempre pensé que cuando él viera a Ivettica, estaríamos las tres», contó Irma.
Pero la mamá no pudo ir. Otra vez le fue denegado el permiso. Y la han amenazado con que ya no se lo darán, pues le han dicho que retiraron su nombre de la lista de familiares.
En la misma situación de Olga está Adriana, la compañera de Gerardo, a quien una y otra vez le han impedido también visitar a su esposo.
La pequeña, que aún era bebé la última vez que lo vio, guarda una gratísima impresión de esta ocasión juntos. Lo describe «bueno, lindo, inteligente».
Estuvieron a verlo siete veces, e Irmita se sintió más feliz. Pero también ahora es mayor su urgencia de tener al papá de vuelta.
Olguita recordó el ensañamiento que ha habido siempre contra la familia, y develó el propósito de las autoridades estadounidenses de doblegar la firmeza de su esposo y de sus cuatro compañeros, sometidos a similares presiones.
«¡Tenemos que seguir luchando!», afirmó Olguita.
