NUEVITAS, Camagüey.— Es un viernes común en el Canal de Playa La Boca, de este norteño municipio camagüeyano. Hay rumor de olas y cielo despejado; la brisa sabe a sal y se escucha el graznido ocasional de aves marinas, mezclado con el susurro de la caleta.
Al mediodía, justo en el momento del paro de marea, que es cuando ocurre el equilibrio entre el flujo y el reflujo de las aguas de la bahía nuevitera, el ronronear de un viejo camión rompe el letargo del entorno costero, y la algazara del grupo de jóvenes que viaja en él invade el lugar.
Una tabla de acrilíco y un lápiz especial facilitan la legalización «acuática» de las nupcias Magda Damián Pino, de 28 años de edad, y Norton Fernández Luaces, de 42, unirán sus vidas en matrimonio, ¡a diez metros de profundidad!, en el mismo paraje donde se conocieron antes de que la novia partiera a Mérida, Venezuela, como entrenadora de polo acuático. Licenciada en Cultura Física ella, y especialista en Medicina General Integral él, ambos son parte del Grupo de Espeleobuceo Neptuno, de Camagüey.
Listos los novios, padrinos, damas de honor, el notario y los invitados, el amor hace un viaje sui géneris hacia lo profundo, entre arrecifes y corales.