La guerra Rusia-Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022, es el mayor conflicto militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Autor: Tomada de Terra Publicado: 18/08/2025 | 08:17 pm
Eso es lo que ha dicho Donald Trump en su exclusivísimo papel de mediador para una paz negociada entre Rusia y Ucrania; posiblemente, el único rol disuasivo que haya desempeñado o vaya a desempeñar en este mandato, que ha iniciado con tantas amenazas y guerras comerciales.
Pero no puede negarse que ha sido insistente y hasta dúctil frente a las posiciones de Europa, que condujo a Ucrania al conflicto, y ahora presiona y sigue negada a una paz que no tenga mayor costo para Rusia que la propia guerra.
Setenta y dos horas después de su entrevista con el mandatario ruso, Vladimir Putin, calificada por ambos de positiva, Trump tuvo la deferencia de recibir este lunes a la comitiva que llegó a Washington junto al presidente ucraniano, Volodomyr Zelenski, “reforzado” por sus “padrinos” del Viejo Continente: desde el titular del OTAN, Mark Rutte, pasando por el presidente de Francia, Enmanuel Macron; el canciller de Alemania, Friedrich Merz; el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, hasta la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien ya tuvo una mala experiencia con Trump en su intento de negociar los altos aranceles que el magnate impuso al Viejo Continente.
No hubo demasiados trascendidos este lunes; ni siquiera se brindó conferencia de prensa como tras el encuentro con Putin, de donde se desprende que las propuestas estaban sentadas desde la entrevista con el Presidente ruso.
Reportes de la agencia Euronews citaron mensajes anteriores de Trump en su red Social Truth, donde habría aseverado que Ucrania no debería entrar a la OTAN y que el territorio de Crimea queda del lado de Rusia.
Ambas consideraciones toman en cuenta las posiciones de Moscú, cuando ha reiterado su disposición de negociar pero en un proceso que busque un cese el fuego total y tome en cuenta los motivos que dieron origen al conflicto.
Precisamente, la promesa formulada en tiempos de Joe Biden a Kiev de que se gestionaría su entrada a la Alianza Atlántica ha sido una de las preocupaciones de Rusia, pues ello colocaría a esa organización armamentística a sus puertas y pondría en peligro la seguridad de su territorio.
Hay un elemento esencial: Ucrania no puede continuar la guerra sin el sustento militar que Europa no está en condiciones de dar, y el nuevo jefe de la Casa Blanca ya se lavó las manos en cuanto a ello.
Del lado de Rusia existe disposición a conceder sin tocar los principios. Putin ya había manifestado a Trump su aquiescencia a ofrecer garantías de “seguridad” a Ucrania y todo indica que también accederá a un encuentro tripartita con Zelenski, para lo que el Presidente ruso ha solicitado, primero, bases sólidas sobre las cuales conversar.
Al término de la nutrida cita de este lunes, el jefe de la Casa Blanca comentó que podría pensarse en una fuerza de paz para Ucrania, según medios europeos… Pero nada oficial se informó, como puede entenderse de una negociación en ciernes.
Mucho que sobreentender deja la noticia de que, luego de la cita con Zelenski y los dirigentes europeos, el mandatario estadounidense sostuvo una conversación telefónica de 40 minutos con Putin, por iniciativa del primero.
El asesor presidencial ruso, Yuri Ushakov, declaró que el diálogo fue «franco y muy constructivo».
Esperemos que el viaje de la comitiva europea a Estados Unidos no fuera, solo, poco más que un paseo.