La tecla del duende
El buen amigo Rene, así, oficialmente sin acento, envió esta reflexión:
Llegaron todos los estudiantes de Medicina a su examen final, muertos del susto y trasnochados... pues era el examen más importante. Llegaron al salón llenos de ojeras, con tazas llenas de café y resúmenes de todo lo estudiado durante la carrera... El Doctor los hizo sacar una hoja y les dictó la primera y única pregunta. ¿Cómo se llaman las señoras del servicio?
Los estudiantes le respondieron que si era en serio... ¿por qué no les preguntaba de anatomía, fisiología, medicina interna o hasta siquiatría? El maestro les dio quizá su más importante lección:
Una nota es un número, no es un conocimiento, una nota no define quien eres y lo que sabes... sin embargo, un saludo, una sonrisa y tu forma de ser sí te definen a ti mismo.
Recuerda que un título no se sostiene con clavos en una pared, se sostiene con respeto, con sabiduría; pero lo más importante, con humildad y humanidad.
Espero que sigan estudiando, es importante... pero no olviden ser personas, no olviden de donde vienen y para donde van... sonrían, saluden, sean amables. Y recuerden a todas las personas que contribuyen a su formación.
Desde la tertulia holguinera, Rafael Velasco Aguilera nos comparte un texto de Mahatma Gandhi:
«Voy a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la esperanza. Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio. Voy a seguir construyendo, aun cuando otros destruyan. Voy a seguir hablando de paz, aun en medio de una guerra. Voy a seguir iluminando, aun en medio de la oscuridad. Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha. Y seguiré gritando, aun cuando otros callen. Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas. Y transmitiré alivio, cuando vea dolor. Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas. Invitaré a caminar al que decidió quedarse. Y levantaré los brazos, a los que se han rendido. Porque en medio de la desolación, habrá un niño que nos mirará, esperanzado, esperando algo de nosotros. Y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol. Y en medio del desierto crecerá una planta. Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza...».