Los que soñamos por la oreja
Hace muchísimos años, tantos que ya casi ni me acuerdo, en uno de los primeros trabajos que publiqué en Los que soñamos por la oreja, escribí un texto acerca de Joaquín Sabina. Recién acababa de salir al mercado su disco El hombre del traje gris, y si bien en el circuito español él ya había alcanzado notable éxito con el álbum Hotel, dulce hotel, en Cuba era prácticamente desconocido y éramos pocos los que atesorábamos trabajos suyos como Inventario, Malas compañías (del que sobresalen los temas Calle Melancolía y Pongamos que hablo de Madrid), La Mandrágora (grabado en directo junto a Javier Krahe y Alberto Pérez), y Ruleta rusa, así como los fonogramas hechos con la banda Viceversa, es decir, Juez y parte, y Joaquín Sabina y Viceversa en directo.
Con lo anterior, se comprenderá que he sido admirador de Sabina desde que yo era joven, feliz e indocumentado (de seguro lo uno por lo otro). Y es que en cuanto conocí su cancionística, me atrapó ese modo de hacer, en el que cierta dosis de cinismo e ironía —a manera de autoprotección—resultan componentes fundamentales del discurso artístico. Por ello, cuando supe que varios artistas cubanos grabarían un tributo discográfico a Joaquín Ramón Martínez Sabina, también renombrado por algunos como «El genio de Úbeda» por haber nacido en dicha localidad de Jaén (España), tuve gran interés en el material.
Lamentablemente, una propuesta musical tan interesante como el disco La Habana canta a Sabina, álbum en el que distintos artistas cubanos rinden homenaje al afamado cantautor español, ha pasado sin penas ni glorias para la radio cubana. Salido al mercado a través del sello Sony Music y bajo la producción del director del grupo Somos Amigos, el percusionista Imanol Ortiz, en este CD se continúa la tendencia de publicar fonogramas a modo de tributo a determinada figura del mundo musical y de paso, reciclar temas que por lo general ya han gozado de mucha popularidad en otros tiempos.
Intérpretes cubanos de varias generaciones se unen aquí para versionar, acorde con el modo de cantar de cada uno de ellos y a tono con géneros y estilos de nuestra música, piezas harto conocidas de Sabina. De algún modo puede considerarse que este trabajo resulta la continuación de uno llevado a cabo en 2005, también con compatriotas nuestros y producido por Imanol Ortiz, y en el que la personalidad homenajeada era Joan Manuel Serrat. Aquella propuesta llegó a ser nominada al Grammy Latino y ante su éxito comercial y de crítica, se decidió que valía la pena repetir la experiencia.
En La Habana canta a Sabina aparecen figuras renombradas como Pablo Milanés, que hace una notable reinterpretación de Canción para la Magdalena; o el pianista Frank Fernández, quien nos entrega un sentido cover acerca de 19 días y 500 noches. Por su parte, Amaury Pérez Vidal asume, para rendir tributo a Sabina, ese clásico de dicho cantautor que es A la sombra de un león, mientras que Ivette Cepeda nos entrega Como un dolor de muela.
Tan joven y tan viejo es una canción escrita entre Joaquín Sabina y Carlos Varela, que ahora es el encargado de asumir la interpretación de dicha composición. De lo más interesante de estas reapropiaciones, sobre todo por las orquestaciones que poseen, yo mencionaría lo hecho por Carlos Kalunga en el tema ¿Quién me ha robado el corazón? y otra entrega de A la sombra de un león, esta vez a cargo de Pancho Amat y El Cabildo del Son.
Acorde con el sentido ecuménico que caracteriza la concepción del fonograma —en relación con el hecho de que en el mismo rindan homenaje a Joaquín Sabina intérpretes cubanos de diferentes grupos etáreos, pero identificados con una semejante o parecida proyección ideoestética— jóvenes representantes de la Canción Cubana Contemporánea también intervienen en la nómina de este disco. Son los casos de Haydée Milanés, que versiona el tema Que se llama Soledad; del dúo Buena Fe, quienes asumieron la pieza titulada La canción más hermosa del mundo, y de la casi desconocida para el gran público, pero muy talentosa, Jessica Rodríguez, como lo evidencia en la interpretación que realiza de Contigo.
Aunque transcurrido un tiempo de su aparición puede afirmarse que como CD La Habana canta a Sabina no ha corrido con similar suerte que su antecesor, es decir, el álbum Cuba canta a (Joan Manuel) Serrat, este nuevo trabajo que nos propone Imanol Ortiz tiene su encanto y es digno de figurar en cualquier selecta discoteca de la cancionística hispana facturada en años recientes.