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De un lado y de otro llegan las barrabasadas en la desenfrenada carrera electoral estadounidense en busca de la silla del Despacho Oval. Unas veces son puro sainete y en otras apuntan a los dramas reales de este mundo. Hemos escogido dos, recientes, como botón de muestra.
Un dislate mayor cometieron los demócratas en su Convención en Charlotte, Carolina del Norte. En la pantallota gigante sobre el escenario del espectáculo, cuatro barcos de guerra demuestran firmeza y fuerza surcando las azules aguas. Es la última noche y refuerzan así el mensaje patriotero acostumbrado mientras en el estrado, el almirante retirado John Nathman, un ex jefe del Comando de las Flotas en tiempos de la Guerra Fría, rinde homenaje a los veteranos estadounidenses.
Pero del mar les llega un chorro de agua fría: «Los barcos son definitivamente rusos», dijo después un especialista, el autor naval Normal Polmar, cuando vio las fotos del evento, que fueron identificadas por otros marinos estadounidenses como naves de la Flota Rusa del Mar Negro.
«Fue una especie de shock», dijo a la publicación militar Navy Times, Robert Barker, un técnico de guerra electrónica que sirvió en la Navy hasta 2006, donde aprendió como tarea sustancial a identificar visualmente a las naves extranjeras por los radares. Los exhibidos en el telón de la Convención Nacional Demócrata eran cruceros Kerch de la clase Kara, dijo el experto.
Puro ridículo en medio de la fanfarria demócrata; pero a los republicanos se les está dando en la tragedia, y quien los ha puesto en aprietos es su propio candidato a la presidencia, Mitt Romney, al parecer solo ducho para incrementar su bien abultado capital y su identificación con el uno por ciento de los más ricos estadounidenses.
Los polémicos comentarios los hizo en una cena con donantes, de 50 000 dólares el cubierto, en Boca de Ratón, e involucraron a los ciudadanos que apoyan a Barack Obama, a los latinos y a los palestinos.
De los primeros dijo que el 47 por ciento de los votantes que en las encuestas apoyan a Obama son aquellos que no pagan impuestos y creen tener derecho a servicios de salud, alimentos, viviendas y todo lo que pidan. «Mi trabajo no es preocuparme por esa gente».
Para los segundos usó una broma pesada, pues dijo que «si hubiese nacido de padres mexicanos» tendría más oportunidad de ser presidente, y agregó: «Si el bloque de votos hispanos se compromete tanto con los demócratas como los afroamericanos han hecho en el pasado, estamos en problemas como partido y creo que como nación», lo que pudiera traducirse algo así como que los latinos arruinarían a Estados Unidos.
Para poner el puntillazo, el video también muestra al ex gobernador de Massachussetts, con esta referencia a los palestinos: «No les interesa» la paz con Israel, están «comprometidos con la destrucción y la eliminación» de ese país; y remata con un más que pesimista, catastrófico: el fin del conflicto es «casi impensable». Por cierto, Mitt Romney es amiguísimo del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu…
Y cuando quiso remendar el entuerto, echó a andar el ventilador, y en una conferencia de prensa este lunes por la noche utilizó como justificación que sus expresiones «no fueron expuestas de manera muy elegante» porque estaba «hablando de manera coloquial».
Así van las cosas cuando faltan menos de dos meses para el 6 de noviembre electoral…