Frente al espejo
«Muy buen comentario (Modas “peligrosas”, José Luis Estrada Betancourt, sección Látigo y cascabel, 9 de abril). En nuestro país hemos tenido muchas experiencias, algunas muy amargas, de lo que es copiar lo que nunca debimos copiar, y hay cosas que vienen como anillo al dedo cuando de bienestar y buen gusto para tender y hacer feliz al pueblo se trata. Algunas cuestiones son propias de un territorio y no pegan bien en otras. No estoy en contra de los bulevares, pero hay que tener en cuenta la idiosincrasia de cada pueblo y en Cuba son muchos los municipios…
«Acepto que se restauren, con buen gusto y respetando el patrimonio, los lugares donde se concentren los comercios, y que dentro de las posibilidades del territorio se añadan a esos lugares nuevas construcciones bonitas y a tono con los tiempos que vivimos, de manera que eso ayude a buscar buenos lugares de esparcimiento, recreación y donde se pueda adquirir productos necesarios… Desde hace años se ha establecido que en los municipios se celebre la Semana de la Cultura y otra semana de fiestas populares que en algunos lugares mal llaman carnavales. En ocasiones, el único propósito que se aprecia en esas fiestas es recaudar dinero del bolsillo del pueblo porque, a mi modo de ver y respetando el criterio de otros, nada de fiestas tienen: muchas veces la música es grabada, se pone a altos volúmenes y detrás de ella se constata que hay muy mala selección… Incluso, he escuchado decir “qué buena nos quedaron las fiestas populares, cuánta gente fue”, cuando del mismo pueblo surgen expresiones críticas de dichos eventos, a partir de lo que otras personas tuvieron que pasar en esas dichosas fiestas… Lo felicito por este artículo; ojalá ayude a cambiar ciertas aproximaciones a concepciones que considero pasadas de moda». (Lázaro Tito Valdés León)