Frente al espejo
«Muy interesante y valiente la entrevista realizada al Gran Maestro Leinier Domínguez (Leinier no tiene secretos, Luis López Viera, 28 de junio). Estoy seguro que ya está dando de qué hablar.
«En la entrevista de una forma u otra el periodista y el entrevistado nos dan respuestas a muchas interrogantes y plantean inconformidades que coinciden con las mías y las de otros lectores. Sin embargo, lo que más me gustó es la forma en que está concebida: se tocan puntos candentes de una manera educada, sensata, razonable, sin ser en ningún momento ofensiva ni herir a nadie. Además, se pone de manifiesto la sencillez y modestia de Leinier, quien sigue siendo el mismo y a quien no se le ha subido la fama para la cabeza, parrafraseando a Mentepollo.
«Después de esta entrevista admiro mucho más a Leinier y estoy seguro que va a conseguir cuanto se proponga en su carrera. Felicito al periodista Luis López Viera por la serie de trabajos a favor del ajedrez cubano. La edición dominical de Juventud Rebelde es muy leída por todos los cubanos, aunque no siempre se consigue la edición impresa». (Carlos Martínez Laporte)
«Luis Luque: Me resulta imprescindible agradecer su artículo Sin conejos en el sombrero (28 de junio).
«Coincido con usted en la necesidad de preparar a la joven generación con conocimientos sólidos para enfrentar los retos del saber. Esta tarea corresponde en gran medida a la escuela y en otra buena parte a la familia, pero es necesario que en cualquier programa de participación se exhiban resultados halagüeños, no los que hoy vemos. Por ello reconozco su labor como periodista y lo exhorto a que continúe transmitiendo a las autoridades pertinentes el sentir de esta lectura». (Odelina)
«He leído con interés su trabajo Por andar vestida de hombre (Aracelys Bedevia, 4 de julio). Me pareció excelente. Deseo que haga saber al del libro, doctor Julio César González Pagés, que Enriqueta Faber —al parecer es Favez, según González— sí contó con defensor. El juicio de esta mujer tuvo que celebrarse en Puerto Príncipe, por apelación de Enriqueta a la Audiencia Primada de Indias que estaba enclavada en Camagüey.
«El Licenciado Manuel Vidaurre, peruano —una figura trascendental, de libérrima mentalidad—, se interesó tanto en su caso que renunció a su cargo de oídor en la Audiencia para acometer su defensa. La defensa de Vidaurre fue famosa, increíble para la época que le tocó vivir. “Enriqueta Faber no es una criminal. La sociedad es más culpable que ella...”, expresó. Hay un documentado y extenso trabajo de Emilio Roig de Leuchsenring sobre la primera mujer médico de Cuba. Cualquier dato que sea de tu interés o del doctor González con gusto puedo facilitarlo». (Manuel Villabella)