Frente al espejo
Esta sección ha reflejado centenares de criterios sobre la labor que realiza nuestro diario. Hoy vamos a cambiar un poco la tónica, y abordaremos otras cuestiones que también interesan a los lectores.
«Le adjunto recortes del Juventud Rebelde del 19 de marzo. Valore usted la inconformidad que sentimos al adquirir el diario y encontrar la pésima impresión de algunos párrafos en varios artículos... Sé que se realiza un gran esfuerzo pues las máquinas son antiguas, pero con esas mismas se imprimen los ejemplares que no presentan problemas... Creo que deben tomar las medidas necesarias para resolver este problema». (Leonor Miranda, ciudad de La Habana)
La lectora tiene razón. Los esfuerzos nunca resultarán suficientes si el resultado deja insatisfacciones. Siempre hay que ver más allá de lo logrado.
Como nuestra Editora y el poligráfico donde imprimimos los periódicos están «pared con pared», no fue difícil saber que los equipos de impresores y el personal de calidad de la fábrica han puesto más celo para que ejemplares manchados de tinta o con páginas ilegibles no vayan a los estanquillos. ¿Lo han logrado? Las quejas de los lectores parecen haber disminuido, pero lo aconsejable es no bajar la guardia.
De la impresión regreso a lo editorial. En el suplemento En Red del 12 de noviembre publicamos un artículo titulado Los ciboneyes eran más que recolectores de alimentos. Una lectora se dirigió así a la autora del mismo:
«Estimada Flor de Paz: Soy asidua lectora de su sección y la considero muy interesante e instructiva, pero quisiera saber a partir de cuándo se acepta escribir la palabra siboneyes con c. No dudo que se acepte así; si le es posible arguménteme para conocer más sobre nuestro idioma». (Elena Acosta Cruz)
Entendemos la inquietud, que también fue la nuestra. Gracias a una pequeña búsqueda en Internet, encontramos que el término aparece de las dos maneras. Cuando lo buscamos con s, la mayoría de los sitios remiten a fuentes de Cuba y España; al hacerlo con c hallamos un mayor número de referencias, fundamentalmente del resto del área del Caribe.
Según algunos cronistas, la voz Ciboney proviene de las palabras arawacas Ciba= piedra y eyeri=hombre. (Historia precolombina Dominicana).
Según parece, se trata de una norma impuesta en Cuba por el uso. De todos modos, agradeceríamos que lectores conocedores del tema o especialistas nos envíen sus opiniones.
Y hablando del idioma me aproximo al final de esta sección. El domingo último publicamos la crónica titulada Sin Barrera, especie de homenaje a nuestros desaparecidos colegas Nelson Barrera y Ernesto Barrios. Un error suprimió del texto de ese material varias palabras, oscureciendo la comprensión del mismo. No queríamos decir adiós sin antes disculparnos con los lectores y con el redactor, José Alejandro Rodríguez.