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Criterios sobre despacho de combustible

 

Alejandro Báez Pérez (Calle 210, entre 208 y 29, edificio 20813, La Lisa, La Habana) refiere que, como muchos cubanos, acude a los servicios de Cupet para echar combustible a su carro. Y después de esperar hasta más de 15 días por su turno, en medio de momentos muy delicados por el desabastecimiento, intenta rellenar el tanque de su vehículo.

«¿Cómo es posible, señala, que yo pague por los 40 litros que me corresponden, y que no se me permita irme de allí con el total del combustible que pago?

«Obviamente, si voy con mi auto, el tanque de este tendrá combustible; o si no, ¿de qué manera se supone que llegue al servicentro?

«Pero, además, si yo pago 5 300 pesos por 40 litros, no por 30, ni por 25 o 20, desde el momento en que yo hago el pago correspondiente, ese combustible es de mi propiedad. ¿Cómo me van a decir que si no caben los 40 litros en el tanque de mi auto los tengo que dejar allí?

«Y no es excusa decir que no puedo llevármelo en un recipiente porque hay venta ilegal en la calle. Esto es una cosa que, para mí, y probablemente para nadie, excepto para Cupet, no tiene sentido.

«Porque además de no poder llevármelo, mi dinero tampoco se devuelve. Al decir verdad, ni siquiera considero que el problema sea la no devolución del monto sobrante, sino que, sabiendo lo difícil que es volver a echar combustible, tenga yo que dejar de llevarme lo que me corresponde, aquello por lo que pagué y que ya bastante tenemos los choferes con tener que echar combustible cuando se pueda y no cuando se necesita», concluye.

LO DIFÍCIL DE PAGAR EN LÍNEA

Juan Augusto Valdés Martínez (Santa Catalina 156, apto. 2, esquina a Heredia,  Diez de Octubre, La Habana) confiesa que le ha sido imposible realizar pagos en línea en los establecimientos comerciales no estatales de Calzada de Diez de Octubre, desde Lacret hasta Avenida de Acosta; y los ubicados en Santa Catalina, desde Diez de Octubre hasta Vento, en la capital del país.

«Pero lo más triste y penoso, manifiesta, es que cuando se reclama, y en el caso mío digo de informar de esto a la ONAT, al Banco, a Finanzas y Precios, alegan que eso es su negocio particular y que puedo ir a donde quiera.

«Y algunos argumentan que no les conviene, pues ellos tampoco pueden pagar en línea y tienen que realizar sus compras mayoristas con dinero en efectivo. Otros dicen que ya habían aceptado los pagos que ellos estipulan para el día, y terceros dan como opción realizar pagos a tarjetas personales con limitaciones en los productos a comprar, sabiendo que estas acciones burlan las contribuciones que deben realizar por las ventas realizadas».

Lo que está claro también, expresa, es que por parte de las autoridades administrativas del municipio no se realizan las inspecciones correspondientes que obliguen a estos establecimientos a aceptar los pagos en línea como una opción que el cliente tiene para determinar en qué forma quiere pagar.
Y no se exige por las autoridades municipales tener visible y en uso el logo para pagos en línea.

Y como sabe que esta situación se presenta no solo en ese municipio, considera que su reclamo debiera tener una respuesta a nivel de país; por las afectaciones que genera en cuanto a evasión de los impuestos a pagar, y por respeto al pueblo, ante la imposibilidad de realizar compras en línea sin el efectivo que, actualmente, se sabe cuántas dificultades presenta, concluye.

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