Acuse de recibo
Moraima Reines Álvarez (Giral no. 6, entre Calzada de Managua y Santa Hortensia, Mantilla, Arroyo Naranjo, La Habana) es una jubilada de 68 años, hipertensa, diabética y con problemas de tiroides. Vive sola, por lo que escribe solicitando ayuda porque ya no tiene a quien acudir ante la situación en que se encuentra.
Refiere que es cliente de la central telefónica de Aldabó, y desde enero pasado viene confrontando problemas con la situación generada por el cambio del cable de red en el parque de la wifi de Mantilla, reparaciones en la caja de los pares y la sustitución de la caja del poste sito en Calzada de Managua y Giral, en el cual está anclado su teléfono.
Señala que en febrero, se trocaron varios teléfonos. El 7694-3542 lo tenía el 7694-1652 y este lo tenía la señora que vivía frente a la casa del 7684-1652. Y el de Moraima, 7694-2969, no aparecía. Días después se le informó que el par estaba abierto.
«En este período, afirma, tuve que esperar pacientemente que se arreglara el problema, alegando siempre la compañera de Atención al cliente de Etecsa, y la de Reparaciones, que tenían muchos atrasos. Al mismo tiempo se encontraban afectados varios teléfonos de este lugar y que actualmente aún lo están».
En marzo Moraima volvió a tener afectaciones junto al 76943543. De nuevo el 6 de junio se volvió a quedar sin tono al entrar una llamada de un teléfono de Calabazar. El 24 de junio lo repararon. El 25 de junio entró una llamada del 76941652 que dejó el teléfono fuera de servicio.
El 18 de julio se presentó la brigada de Reparaciones, traía la orden de reparar el 76944386. Lo repararon ese día. Moraima salió y habló con los de la brigada, quienes le enseñaron su orden de trabajo y le explicaron que iban al otro poste, que está a mediados de la cuadra, a revisar. Que no se preocupara, pues ese día su teléfono se arreglaba. Moraima entró a su casa a las 12 del día. Allí permaneció hasta las tres de la tarde, cuando volvió a salir. Y se habían marchado sin darle ninguna explicación.
«He estado sin servicio desde el 6 hasta el 23 de junio y desde el 25 de junio hasta la fecha, refiere. Durante el mes de junio estuve sin servicio gran parte del mes por la brigada de reparación y más tarde por la brigada de pares. He agotado ya todos mis recursos y llamado en varias ocasiones al 114, 112 y 118.
«He tenido varios reclamos con la supervisora, que lo único que alega es que hay mucho trabajo atrasado. Y Etecsa es una empresa que no tiene contrapartida, porque uno no tiene otro teléfono al cual remitirse. Según ellos, la oficina de Aldabó no tiene teléfono.
«Pero resultó ser que alguien está usando mi número, porque en junio me facturaron 97.45 pesos, cuando solo debió ser 8.49, que fue la única llamada que pude realizar de larga distancia. Llamo al 122, a Atención al Cliente, al 114, a la supervisora. Y plantean que debo pagar la factura y remitirme a las oficinas de Aldabó a hacer la reclamación.
«Se han eliminado los despachos que hacía Etecsa en las áreas de atención. En estos momentos en que por mi salud y bienestar debo permanecer en mi casa, Etecsa me está obligando a ir a la oficina comercial por su mal trabajo e ineficiencia, algo por lo cual el Gobierno está indicando eliminar las salidas y concentración de público innecesario en los bancos, notarías e incluso en el Registro de Vehículos y otros lugares públicos», concluye Moraima.