Acuse de recibo
Yaimí González Gómez (avenida 43 no. 14223, entre 142 y 144, Marianao, La Habana) fue colaboradora de la Misión Barrio Adentro Deportiva en Venezuela desde abril de 2015 hasta mayo de 2017, y después de esperar un año le depositaron el dinero ganado, pero le faltaban 550 CUC.
Ella se dirigió al departamento de Infomisión, del Inder, y allí le informaron que debía hacer la reclamación por su municipio y provincia. Así lo hizo el 2 de noviembre de 2018; y dos meses después, la reclamación se transfirió desde la provincia al nivel superior.
Al no recibir respuesta, en febrero pasado fue al departamento de Atención al Colaborador de Cubadeportes, y allí la atendió Rolando Arquímides, quien anotó sus datos. En los primeros días del pasado marzo, volvió Yaimí por el Inder y la atendió una compañera llamada Thalía, quien le recogió de nuevo sus datos, y se los hizo llegar a Lorenzo, el jefe del departamento de Infomisión.
«Les aseguro que no soy un caso único, afirma. Hay varios colegas, víctimas como yo del mal trabajo de todas estas instituciones implicadas».
Benilde Omega Guibert Agramonte (calle 184 no. 1313, altos, entre 13 y 15, Siboney, Playa, La Habana) cuenta que su hijo Dayron Escalona Guibert, a solo tres meses de licenciarse del Ministerio del Interior, solicitó empleo en Palco, el 1ro. de noviembre de 2016. Y entregó sus documentos a Yasmina, la jefa de Recursos Humanos de esa entidad.
El 19 de mayo de 2017, Dayron volvió por allí, y fungía otra jefa de Recursos Humanos, quien le informó que aquella estaba en un curso por un año en México. Él solicitó entonces los documentos aportados: el SNC-225 y el SNC 125 y la baja del Minint, todos originales, la autobiografía, chequeo médico prempleo y tres fotografías. Y no aparecieron. El 17 de septiembre de 2018 Dayron fue de nuevo a buscar los documentos, y no aparecían aún.
«¿Cómo encontramos los papeles? ¿Los damos por extraviados, y dejo que mi hijo pierda seis años y medio de trabajo por negligencia o irresponsabilidad de personas a las que el Estado les paga para realizar bien su trabajo? Fui por 30 años jefa de Recursos Humanos, y no se me perdió jamás ni la punta de un lápiz. ¿Por qué ahora se pierden los documentos?», concluye Benilde.
Carlos Matos Gálvez (calle Freddy Paneque 37, entre Dalmao y Edor de los Reyes, Jiguaní, Granma) refiere que el 30 de abril de 1999 compró un camión marca Ford con chapa GB0176, y el propietario de este enfermó y murió, por lo cual no le pudo hacer el traspaso.
Pero al fin él logró que el Registro de Vehículos de Granma le arreglara los documentos, al cabo de 17 años. Y el expediente había que trasladarlo hacia Santiago de Cuba, pero tenía que ser a través de Trasval. Según la compañera que atiende el archivo en Granma, indica Carlos, ella despachó los documentos a Trasval el 14 de junio de 2017 con registro de salida 748.
«Hace más de 18 meses que Trasval tiene dicho expediente, y esta es la fecha en que no tengo respuesta de Trasval ni de nadie. He llamado más de 20 veces al Registro de Vehículos de Santiago de Cuba, y siempre me dicen que ese expediente no ha llegado. ¿Acaso este trámite no tiene término? ¿Quién es el responsable?», concluye Carlos.
Zoila Rosa Rodríguez (calle 21 no. 612, apto. 203, entre B y C, Plaza de la Revolución, La Habana) escribe en nombre de más de cien ancianos que, como ella, cobraban su pensión por jubilación en la cercana Cadeca de 19, entre A y B, en ese municipio, la única que hay por esa zona.
El asunto es que esa Cadeca fue cerrada, y a partir de ahora ellos tendrán que trasladarse a distancias imposibles de recorrer para un anciano, y atravesar calles de mucho tráfico.
Refiere Zoila Rosa que los afectados de las circunscripciones 28 y 29, no se han cruzado de brazos. Han contactado con sus respectivos delegados del Poder Popular, quienes ignoraban la decisión.
«Suplicamos a las autoridades competentes que revoquen esa medida, teniendo en cuenta la cantidad de ancianos afectados. Y lamentamos mucho que medidas como esa, que afectan tanto a la población, se tomen sin que lo sepan los delegados, que son los representantes del pueblo en la base», concluye Zoila Rosa.