Acuse de recibo
El 20 de diciembre de 2017, y desde Sancti Spíritus, Yoleines Vázquez Dumois contó aquí que el 19 de octubre de ese año envió una carga por la Agencia Expreso Aforo Baracoa, de Guantánamo, con destino a la ciudad del Yayabo. Y al pagar el envío —una nevera criolla, una mochila de fumigar, una motorina y una cama—, le informaron que demoraba 15 días en arribar a Sancti Spíritus. Pero ya habían transcurrido más de tres meses y no había llegado.
A los 54 días de incertidumbre, contaba, Yoleines viajó a Guantánamo, y le aseguraron que la carga estaba en La Habana hacía una semana. Retornó a Sancti Spíritus, y allí los representantes del Expreso llamaron a todas las estaciones donde podía estar o haber pasado el envío.
En Santiago de Cuba le dijeron que ya había salido de allí hacía tiempo. Y 15 días después, tras muchas llamadas telefónicas a medio país, le informaron que su carga estuvo en Santa Clara y fue devuelta a Baracoa, sin llegar a su destino, porque la nevera llegó rota. Al habla con Baracoa, le dijeron que, ciertamente, había sido devuelta, pero hacía casi un mes que se había renviado al destino contratado.
«Ahora, decía Yoleines, me dicen que para hacer una queja debo viajar de nuevo a Guantánamo, con los respectivos gastos que ello implicaría, sin la seguridad de resolver y con la irremediable pérdida de días de trabajo. ¿Dónde queda la seguridad y el respeto al cliente?».
Al respecto, el pasado 4 de abril, Eduardo J. Hernández Becerra, director general de la Unión de Ferrocarriles de Cuba, se hizo portador en una misiva de la respuesta de Rubén González Milián, director de Transportación de Carga de dicha Unión.
En la carta se explica que en la investigación realizada se comprobó que, al llegar la carga a la provincia de Villa Clara fue devuelta a Baracoa, «con la justificación de que se había realizado un despacho incorrecto, por manifestarse que la nevera estaba en buen estado, cuestión que no se podía comprobar por estar la misma sellada, lo que provocó que se duplicara el tiempo de recorrido de los seis bultos.
«Existió negligencia por parte de la jefa de la Agencia Expreso de Santa Clara y por la jefa de la Agencia Expreso de Guantánamo; adoptándose las medidas de democión definitiva de la primera para un cargo de inferior categoría, sin recibir estímulos por seis meses, y una amonestación pública ante su colectivo laboral a la segunda», precisa.
Añade que «los seis bultos se recibieron sin problemas por el promovente con 97 días de atraso; no obstante no ha sido posible notificarle los resulta- dos de esta investigación, por no encontrarse en su casa...».
Agradezco la respuesta. Y solo no queda claro si por fin la nevera resultó averiada o no. También sería saludable saber qué hará Transportación de Carga de la Unión de Ferrocarriles de Cuba para que los envíos de los clientes no estén dando tumbos de aquí para allá, y no se repitan tales historias.
El doctor Andrés Alonso Fundora (San Cristóbal 228, apto. 3, entre Churruca y Primelles, Cerro, La Habana) ya hace más de año y medio que tiene el contrato de telefonía fija pendiente de traslado, que proviene de su anterior domicilio, en la provincia de Mayabeque. Y no se ha instalado, afirma, porque según directivos de la Oficina Comercial de Juan Delgado, en Diez de Octubre, hay dificultades técnicas en su zona de residencia.
El médico asegura que a menos de una cuadra de su domicilio existe una planta digital con capacidades disponibles, pero el argumento es que no se puede cruzar la calzada de Primelles con cables.
«No se busca una solución para este problema que no solo me afecta a mí, sino a varios vecinos. Además, ya existen siete cables que cruzan dicha calzada, que les dan solución a vecinos de otras cuadras. Esta información nos la dio el delegado de la circunscripción. En la zona se han instalado teléfonos fijos a otras personas, lo cual ha sido constatado por el delegado. Y ello me obliga a cuestionar las respuestas que he recibido por parte de la Dirección Territorial de Etecsa del Cerro», concluye.