Acuse de recibo
Yoandris Delgado Matos (calle 15 no. 1502, apto. 3, entre 24 y 26, Nueva Gerona, Isla de la Juventud) refiere que les deben dinero a él y a varios compañeros que cumplieron misión en Venezuela entre marzo de 2011 y abril de 2013, por el Instituto Nacional de Educación Física y Recreación (Inder), por medio de Cubadeporte.
Señala que al llegar a cumplir la misión en esa hermana República, les orientaron que podían hacer el descuento acumulativo, entre un 20, 30 y 40 por ciento del salario que devengarían en ese período.
En el caso de Yoandris, él lo hizo con el 30 por ciento el primer año, y el 40 por ciento el segundo año, lo que representó 2 490,32. Pero le depositaron 2 245. Y faltaron 245.
Por ello, ha reclamado a la máster Zonia Rodríguez Carrillo, la metodóloga de Colaboración Internacional, quien atiende en ese Municipio Especial la misión, sin recibir respuesta al respecto. La última vez que reclamó fue en diciembre de 2015, y la inquietud llegó hasta el departamento económico de Cubadeporte.
Hasta ahora no ha tenido contesta. El 2 de abril se cumplieron tres años del regreso de él y otros colaboradores. «¿Cuánto tiempo más, cuestiona, debemos esperar para que se deposite un dinero que descontamos de nuestro salario en un período de dos años», concluye.
El doctor Abel Cruz Rojas (calle Carralero 105, altos, entre 11 y Francisco Vicente Aguilera, reparto Sanfield, Holguín), trabajador del policlínico Manuel Díaz Legrá, cuenta que luego de concluir una misión en Timor Leste en 2012, le fue entregada una tarjeta magnética, para que le pagaran 75 CUC que le debían.
Señala él que, después de ir varias veces a Colaboración, y reclamar porque nunca le depositaban ese dinero en la cuenta, se fue a cumplir misión en Brasil. En noviembre de 2016 se venció dicha tarjeta y nunca fue depositado el dinero.
Agrega que, estando en misión en Brasil, hizo un contrato con la compañía Citibrasil, que le fue recomendada por la Dirección de la Brigada Cubana para hacer el envío de cuatro equipajes hasta la provincia de Holguín.
«Por razones desconocidas para mí, refiere, alguien de aquí de Cuba asumió la responsabilidad de trasladar esos equipajes para La Habana, y luego trasladarlos hasta Holguín».
Abel se enteró de que esos equipajes llegaron a La Habana el 21 de diciembre de 2016. Se puso en contacto con dicha empresa brasileña, y le informaron que fue una decisión de Cuba, y que debía dirigirse a la compañera Mabet Barroso, la especialista de Cubana de Aviación, pues ella le informaría.
Abel contactó con Mabet, quien le dijo que en enero de 2017 se enviaría a Holguín, con preferencia. Pero el doctor sigue esperando. Cuando me escribió, el 29 de marzo, habían pasado 98 días de que sus equipajes llegaron a La Habana. «Y sabe Dios en qué lugar y en qué condiciones están, y aún sigo esperando, sin saber nada», afirma.
Precisa que cuando venía de fin de misión, en noviembre de 2016, hizo otro envío desde Sao Paulo hasta el destino Holguín. Pero ya estando en Cuba le dijeron que no podían autorizar el envío de equipajes a esa ciudad oriental porque no había capacidades en los almacenes de Aerovaradero de Holguín.
«Yo me pregunto, señala, quiénes son los que hacen contratos con esas empresas para que puedan hacer los envíos hasta La Habana y Holguín, y luego les digan a los empresarios: “no hay capacidad y no te podemos autorizar”.
«Los médicos cubanos, que le hemos aportado tanto a la economía de nuestro país durante años, no deberíamos recibir tal maltrato», concluye el doctor Abel.