Acuse de recibo
A nombre de un poblado sediento de agua y de respuestas, escribió la mayabequense Nieves Perdigón Castro (Ave. 63, No. 3411, entre 34 y 36, San Nicolás). Su misiva, publicada aquí el 27 de junio último, daba cuenta de constantes roturas en el motor de abastecimiento del líquido imprescindible, la no existencia de alternativas para hacerlo llegar a los residentes y la falta de información oportuna y completa por las autoridades implicadas.
Al respecto contesta Osvaldo García Caballero, director provincial de Recursos Hidráulicos de Mayabeque. Refiere Osvaldo que el equipo de dirección que él conduce visitó el municipio de San Nicolás, específicamente la fuente de abasto La Jocuma, a la que se hace referencia en la demanda de la lectora, pues abastece a la mayor parte de la cabecera municipal.
En La Jocuma, explica el ejecutivo, existen dos equipos de bombeo, y las roturas han incidido sobre todo en la estación Jocuma 1, «en la que se produjeron nueve roturas en el año 2014, para acumular un total de 78 días de afectaciones, la mayor cantidad en el último trimestre del año, con 47 días». En 2015 se han producido tres roturas, con una afectación de nueve días en el mes de febrero, 19 en mayo y tres en junio, para un total de 31 días, fundamentalmente por problemas eléctricos en la zona y en la pizarra con el arrancador progresivo o compensador de arranque, detalla.
Desde el 5 de junio, argumenta el directivo —cuya misiva está fechada el 4 de agosto—, la fuente La Jocuma está funcionando sin dificultad, con 15 horas diarias de bombeo y el criterio de los beneficiados es favorable.
Se pudo comprobar «que fallaron los sistemas con los que cuenta la Administración y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado para informar al pueblo (…). En tal sentido, se han adoptado las medidas (…) para que esta situación no se repita en caso de nuevas afectaciones», apunta.
«En cuanto a la distribución de agua en pipas también se pudo apreciar que el municipio no tenía un sistema que permitiera realizar una adecuada distribución en los lugares afectados, con la norma establecida de 40 litros por persona para condiciones de roturas, y tampoco tenía establecido desde la Sección Estatal de Recursos Hidráulicos y la Unidad Empresarial de Acueducto los mecanismos de control sobre las pipas que brindaban servicio para evitar desvío e indisciplinas sociales», añade.
Asimismo, indica el funcionario mayabequense que la Administración municipal de San Nicolás tiene diseñada una estrategia para la entrega de agua en pipas, elaborada a partir del análisis del estado técnico de los 35 equipos que existen en el territorio en función de este servicio, contando además con otros 12 de diversos organismos, fundamentalmente de la Empresa Azucarera Héctor Molina, contratados por Acueducto para apoyar en esta labor.
«La Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos —expresa el directivo—, de conjunto con la Oficina de Atención a la Población del Consejo de la Administración Municipal, visitó a la compañera Nieves Perdigón en su vivienda, donde le planteamos que sus reclamos son justos y con razón, y se le expusieron los argumentos y las acciones que se realizan».
No obstante, evoca Osvaldo García Caballero, la vecina de San Nicolás mantuvo su inconformidad, pues lo que ella reclama es la estabilidad total del servicio.
Agradezco la carta del Director provincial. Y mucho más las acciones que la institución bajo su mando emprende. Son comprensibles las dificultades para sortear múltiples escollos de logística y de procedimientos. Como también la postura de la lugareña, preocupada por soluciones paliativas que a la larga no tengan fijador. Esperemos que este no sea el caso y la falta de agua e información sobre el líquido en San Nicolás sean tan solo un triste recuerdo.