Acuse de recibo
Eric Gómez González (Úrsula 328, entre D’Strampes y Goicuría, Sevillano, La Habana) es un trabajador por cuenta propia, propietario de un camión particular. Tiene su Licencia de Operación de Transporte (LOT) y, por supuesto, las licencias de circulación y conducción. Posee el certificado de haber cursado la escuela de educación vial. Paga sus impuestos a la ONAT y contribuye a la seguridad social.
Y una de las ofertas de trabajo con que cuentan los propietarios de camiones en su condición, señala, es brindar servicio de transportación de carga a los trabajadores por cuenta propia que adquieren sus mercancías en la cooperativa de abasto El Trigal, de la capital, para comercializarlas en sus puntos de venta.
Pero desde hace algún tiempo, afirma, según criterio generalizado de los inspectores integrales, los propietarios de camiones con LOT no pueden realizar ese trabajo, porque contraviene una resolución del Consejo de la Administración Provincial (CAP).
Una resolución que para ellos es «fantasma», pues no han podido verla ni leerla. Y ningún inspector se las ha podido enseñar. Solo les dicen que ese trabajo de carga tiene que realizarse de noche, y en otros medios de transporte, como motos, autos, yipis y tractores con trailers.
«Ese es el escenario que vemos hoy en la capital: la transportación de viandas u otras cargas en esos medios, sin las más mínimas condiciones. Muchos de ellos no están concebidos para esos fines y están fabricados artesanalmente, sin luces, frenos, ni seguridad alguna. Por ello, no les es posible adquirir la Licencia de Operación de Transporte, y mucho menos la certificación de inspección técnica (somatón).
«Entonces, pregunta Eric, ¿por qué los que poseen como yo, un vehículo seguro y legal, no podemos trabajar de día, sino de noche? ¿Para qué quiero un camión en esas condiciones? ¿Cómo pagar una licencia solo para trabajar de noche, si precisamente es en la noche cuando los ilegales se aprovechan, debido a la falta de inspectores y policías?
«Mi LOT y otros documentos cuestan dinero y tiempo. Además de especificar que es de alcance nacional, no discrimina entre viandas u otras cargas, ni tiene en cuenta horarios. Además, El Trigal funciona de día, y es un sinsentido exigir que la mercancía se despache a los puntos de venta en horario nocturno.
«Por esa misma causa, dos inspectoras me impusieron 500 pesos de multa el pasado 23 de marzo. De reclamar estas multas ni hablar: un mecanismo diabólico.
No es posible que su función sea solo la de imponer multas, sino que hay que dotarlos de las herramientas y valores necesarios para demostrar y persuadir a la población de que actúan con razón. Hay que capacitarlos, previa selección basada en condiciones morales, personales e intelectuales, señala.
Eric recuerda que la dirección del país y el propio presidente Raúl Castro han llamado a apoyar el trabajo por cuenta propia como fuente alternativa de empleo, y a no marginarlo ni prejuiciarse con él.
Por ello, recaba de las autoridades de la capital un esclarecimiento consistente y argumentado de tal problemática, «que no solo me afecta a mí, y que no consiste en el mero hecho de un caso fortuito». «Lo preocupante es que esta situación bien puede volver a propiciarse, ya que es resultado, a mi entender, del actuar incongruente e infundado de estos inspectores. No encuentro otro marco para dirimir quién tiene la razón», concluye.