Acuse de recibo
Con el título de El triunfo de cierto secretismo, revelé aquí el pasado 3 de abril la inquietud del lector Alberto A. Reyes, de la localidad espirituana de Guayos, acerca de lo que le sucedió en la tienda El Triunfo, de la cadena TRD en la capital provincial.
Alberto contaba que en dicha unidad se topó con el primera base del equipo Sancti Spíritus, Yunier Mendoza, y quiso hacerse una foto con el atleta. Y los empleados de la tienda le dijeron que allí no se podían hacer instantáneas.
El lector preguntó el porqué, y le respondieron que esas eran «órdenes superiores». Y en su carta, apuntaba: «Quisiera saber qué peligro se conjura con esa medida prohibitiva. ¿Son secretos los productos que se venden en esa tienda? ¿Son secretos los precios? ¿Son acaso feos los dependientes, o los uniformes?
«Yo solo me iba a retratar con Mendoza, decía. Ayúdeme, por favor, a desentrañar ese misterio y, de paso, a luchar contra el secretismo burocrático, que lo único que hace es molestar a los clientes», concluía Alberto.
Al respecto, responde José A. Francisco Reina, director de la División Sancti Spíritus en la Cadena TRD Caribe, que una representación de la entidad visitó a Alberto en su domicilio, «con el propósito de responder a la inquietud… y exponerle las razones que amparan el proceder de los trabajadores de la unidad comercial El Triunfo».
Agrega que el objetivo también era «muestrear el tratamiento dado por esos dependientes que, al dicho de Alberto Reyes, fue el más adecuado y correcto, y se le hizo saber entonces que existen regulaciones para la Cadena TRD que deben ser observadas tanto por los trabajadores como por los clientes».
Y apunta que, «contrario a lo que opina Alberto Reyes, nuestra Cadena, desde su red comercial, trasciende en una búsqueda incesante por conquistar espacio en la satisfacción plena del cliente, que es su primera razón de existencia, sin perder de vista, por supuesto, las normas que reglamentan el desarrollo de su actividad».
Al final de su carta, Reina consigna que el cliente manifestó no entender la disposición.
No sin antes agradecer la respuesta, lamento que la misma no haya aclarado precisamente la inquietud del cliente. Si hay razones contundentes para que TRD Caribe prohíba hacerse fotos en sus unidades comerciales, la cadena perdió la oportunidad de explicarlas y argumentarlas, de convencer a quienes compartían la preocupación de Alberto.
Así, «el triunfo de cierto secretismo» no solo se vivió ese día en la tienda espirituana, sino que trasciende en la respuesta del Director. Ojalá la máxima instancia de la Cadena pueda brindar algún día una información al respecto.
El 28 de mayo pasado, Xiomara Pérez Ramírez (calle Almendares No. 107, entre Desagüe y Bruzón, La Habana) se encontraba en la lista de espera de la Terminal de Ómnibus de Holguín para viajar a la capital. Al fin llegó su turno, pagó su pasaje y montó en un ómnibus de Transtur con el número 608 y la matrícula B-025787.
Ella comprobó que los tripulantes acomodaron su equipaje en el maletero. Y cuando llegó a su destino en la Terminal La Coubre, tras varias paradas en el camino, fue a recoger su equipaje. No estaba en el maletero. «Les pregunté a los choferes qué había sucedido, y me dijeron que no sabían. Al parecer alguien se lo había llevado en algunas de las paradas».
Entonces, Xiomara, su esposo —que la esperaba en el andén— y los choferes fueron a la Unidad de la Policía de Dragones y Zulueta. Allí le dijeron que debía ir a Transtur a hacer una demanda por los daños causados.
El 29 de mayo, Xiomara y su esposo fueron a las oficinas de Transtur, que radican en L y 25, en el Vedado. Allí los comunicaron con el jurídico, quien les explicó que eso era responsabilidad de la Empresa de Ómnibus Nacionales (antigua Astro), que le vendió el boleto para viajar.
El 30 de mayo, Xiomara fue a la Terminal de Ómnibus Nacionales, al Departamento de Atención a la Población, y allí le explicaron que no era problema de Ómnibus Nacionales, sino de Transtur, por no ponerles tiques de identificación a los equipajes, pues eso había ocurrido más de una vez.
El 3 de junio, Xiomara fue a las oficinas de Transtur de 19 y J, en El Vedado, y la atendió otra jurídica, quien le reafirmó que la pérdida del equipaje es responsabilidad de Ómnibus Nacionales.
A estas alturas, Xiomara ha abierto una brecha de dudas entre Ómnibus Nacionales y Transtur. ¿Quién es el responsable de su pérdida? ¿Quién deberá indemnizarla?