Acuse de recibo
«Sería algo muy lindo volver a saber de ellos, máxime si ya no somos jóvenes como entonces: yo tenía 21 años y ahora tengo 56…», confiesa en voz baja Iván en su carta. Y unas líneas después: «Fueron dos años de dedicación y entrega. Nos queríamos como hermanos…».
Ya estarían sobre la mesa, o sobre el papel, los ingredientes para un misterio, para una aventura. ¿Quiénes compartieron esos 24 meses de dedicación y entrega? ¿Por qué no se han vuelto a ver, si llegaron a quererse como hermanos? ¿Qué pasó con las vidas de todos en ese lapso de la juventud hasta casi la vejez…?
Hoy es el primer sábado que gastaremos juntos en el nuevo almanaque. Y no era elegante hacerlo con una carta más. Hoy es distinto. Así que cedo el espacio a un singular remitente y su añoranza por el reencuentro… A fin de cuentas, de historias como estas está llena la historia que nos amalgama.
«Me llamo Iván Pérez López y fui combatiente internacionalista en Angola desde septiembre de 1979 hasta igual fecha de 1981. Mi objetivo es poder contactar… con aquellos cubanos internacionalistas que cumplieron misión en Angola… desde 1978 hasta 1982 en la UM de Cañones de 130 mm, situada en la carretera de Lubango a Matala.
«Aunque hemos estado vinculados a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), nunca he tenido comunicación con mis ex compañeros de armas, que tanto sacrificio voluntario hicimos para salvaguardar la independencia de ese hermano país y ayudar a la de otros países del área…
«Me acuerdo de un novato de Pinar del Río, menudo de físico (un ave enorme lo vio agachado ajustando la frecuencia del radio y lo confundió con un animal pequeño); Pluma, de la Isla; Soto, mi teniente jefe de la batería No. 2; Armando Pérez Nimo, mi jefe de pelotón; Mariano, de Cienfuegos; Roque Jesús Guerra Franco, Lanza, Noblet, Peró, Fernando (la Barba), Rafael Brossard Mendoza, Idelso Cepero Bravo, Donatién… Son muchos los años y se me olvidan unos cuantos… Froilán Salabarría Ortega, de Manicaragua; el guantanamero Pochochi, que era casi un niño y lo que quería hacer al regresar a Cuba, la primera noche, era acostarse en el medio de su papá y su mamá y dormirse así abrazado por los dos…
«Recuerdo que el 25 de septiembre del 79 los sudafricanos bombardearon Lubango y los aviones sobrevolaron nuestra unidad y Pochochi ingenuamente decía: “Mira, mira, a esos aviones se les cayeron las gomas”… Vienen a mi mente el holguinero Jacinto David Cables Cables; Esteban; William, el chofer del pelotón; también Luis Fernando Portuondo Campbell, el jefe de unidad…
«Fuimos en el buque Jigüe, y todavía recuerdo el mal rato que pasamos cuando los restos de un ciclón nos zarandearon saliendo de Cuba… Regresamos en el Jiguaní.
«No escribo más por ahora. Por favor, de comunicarnos, mi teléfono particular es (042)218431, el del centro de trabajo es (042)222505 y el correo electrónico: ivanp@hormigonvc.co.cu. Vivo en el edificio No. 32, apto. 7, Rpto. Cardoso, Santa Clara, Villa Clara. Fui radiotelefonista (operaba un R-108 M) y mi número de chapilla es 434515. Soy actualmente director de Capital Humano de la Empresa de Hormigón de Villa Clara.
«Escriban, los espero por cualquier vía…».
Quién sabe si en pocas horas, ya haya algunos de esos jóvenes que pelearon en Angola que contacten con Iván. Quién quita que entre los regalos de año nuevo, este villaclareño encuentre también las anécdotas de esos amigos, que un día se fueron con él a pelear por un mundo más justo.
Y seguiremos hablando de los baches del día a día, y seguiremos tiroteando al burocratismo, pero si un grupo de cubanos —en Villa Clara o en cualquier parte de Cuba— se reúne y recuenta sus memorias, si lloran de feliz nostalgia o se abrazan con melancólica alegría, la savia que nos une, ese misterio que llamamos Patria, seguirá estando a salvo.