Acuse de recibo
El pasado 5 de septiembre contaba aquí Ramiro Mejías Rodríguez, desde Las Tunas, que desde 2012 el equipo que imprime el cuño seco de la Universidad Vladimir Ilich Lenin, de esa ciudad, sufrió una rotura y un año después no se cuenta con él.
Por tal motivo, agregaba, ninguno de los más de 1 100 graduados del pasado curso escolar en ese centro de Educación Superior —incluido Ramiro— tiene aún el título que los acredita. Así, el joven preguntaba de quién era la responsabilidad de esa situación, y urgía a tomar las medidas necesarias.
Al respecto, responde la Máster en Ciencias Marlene del Toro Borrego, rectora de la Universidad Vladimir Ilich Lenin, de Las Tunas, que la secretaria general de ese alto centro docente visitó a Ramiro, y en el intercambio pudo conocer que este no participó en el acto de graduación de dichos egresados, en el cual se dio lectura a una nota oficial de la Rectora, que explicaba la situación presentada con los títulos, que impedía la entrega de los mismos en ese acto.
La nota informaba: «El cuño seco del centro sufrió una rotura que inhabilita su uso. A pesar de las gestiones realizadas, no fue posible su arreglo. Esta situación fue tramitada con la dirección del Ministerio de Educación Superior, que dio instrucciones de cómo proceder con los trámites para la adquisición del nuevo cuño de la institución.
«Lamentamos profundamente lo sucedido. Los títulos de todos los graduados están protegidos y custodiados en la secretaría General del centro. En su momento se informará de su entrega por los canales de comunicación. Los graduados recibirán en el día de hoy la certificación de Estudios Terminados como documento acreditativo de la calificación alcanzada».
Agrega la Rectora que en ningún momento Ramiro se había dirigido a las autoridades universitarias para indagar sobre su título o recoger su certifico de graduado, documento legalmente establecido para casos excepcionales, y que da fe pública del título de graduado universitario que la institución expide, y lo acredita para sus requerimientos laborales. Y aclara que Ramiro es graduado del curso 2012-2013, y que en la graduación de 2011-2012 todos los egresados recibieron sus títulos debidamente acuñados.
«Somos conscientes —precisa— de que todo graduado tiene el derecho y el deseo de recibir su título, y aspira a que sea en el propio acto de graduación. Y es una tarea que lleva un gran esfuerzo, por lo cuidadosa y precisa de su elaboración, de manera individual. Y para ello se cuenta con muy poco tiempo; el procedimiento requiere de varios pasos que garantizan la fidelidad del título que se emite. Cumplidos todos los trámites de rigor, el último de esos pasos es la imposición en la Secretaría General de un cuño seco que solo se usa con ese fin».
Refiere que el cuño seco de que disponía esa Universidad se rompió de manera imprevista cuando se iba a iniciar la operación de grabarlo en los títulos. Y aunque se le hicieron arreglos parciales, estos no garantizan la calidad con que debe quedar un documento oficial que se emite por una sola vez.
Desde entonces, afirma, se han hecho innumerables gestiones. Y aunque no han tenido la solución definitiva, se han logrado coordinaciones con una entidad del Ministerio de Industrias que, por intermedio del MES, se ha brindado a resolver el problema. «Tan pronto como lo tengamos en nuestro poder, apunta la Rectora, se procederá a imponerlos en los títulos que se preservan en la Universidad, y se les entregarán a los graduados».
En otra parte de su misiva, la Rectora manifiesta que «la confección de los cuños secos no se oferta como un servicio de entidad alguna en el país».
Luego de agradecer a la Rectora la respuesta, entonces solo me queda por decir que deben tomarse las medidas correspondientes para crear ese servicio en el país y ponerle definitivamente «el cuño seco» a situaciones de este tipo que pudieran presentarse en otras universidades.