Acuse de recibo
Eustaquio Izquierdo Miranda, subdirector de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) del Consejo de la Administración Provincial de Ciudad de La Habana, asegura que esa entidad ha tomado medidas, de conjunto con la PNR y otras fuerzas del Ministerio del Interior, para realizar acciones conjuntas contra los revendedores de entradas, ante la exhibición de filmes de grandes expectativas u otros eventos culturales.
Lo anterior lo asevera el funcionario en su carta de respuesta a la inquietud de Aida Ascanio —reflejada aquí el pasado 27 de enero— acerca de quienes, ante el impacto que causó la exhibición del filme cubano El cuerno de la abundancia por aquellos días, ofertaban impunemente entradas a cinco pesos en las afueras del cine Yara.
Apunta Iglesias que la DIS de Plaza de la Revolución ha realizado acciones contra esas ilegalidades, aunque no siempre se logra imponer las multas, pues ese proceder tiene distintas formas de manifestarse, que no siempre son visibles. Y sugiere a las administraciones de los cines regular la cantidad de tickets que se vendan per cápita, lo que ayudaría a reducir esa violación al mínimo.
Izquierdo también responde a la queja de Miguel Ortega —reflejada aquí el pasado 10 de enero— acerca del bochornoso proceder de cubanos y turistas extranjeros que se sientan displicentemente en los muros que rodean al Monumento a José Martí en el Parque Central de la capital, y no respetan ese y otros memoriales patrióticos de la capital.
A propósito, afirma el Vicepresidente que constituye una tarea permanente de la DIS en la provincia y en cada municipio el enfrentamiento a tales transgresiones. Con motivo de ello, en el primer cuatrimestre de 2009 se han impuesto en los parques de la capital cientos de multas; cifra que considera insuficiente.
No obstante, refiere que el señalamiento crítico los obliga a esforzarse y disponer de un número mayor de supervisores, que actúen las 24 horas del día en los parques Central, de la Fraternidad, de la India y los alrededores del Capitolio; y también en Plaza de la Revolución y Centro Habana, dado el elevado número de personas nacionales y foráneas que frecuentan esos sitios.
Se resolverá en agostoEl pasado 10 de marzo, esta columna acogió la denuncia de Jorge Osmani Dueñas (calle 49 No. 223 NE, entre 2 y 4, Cienfuegos): hacía más de un año los residentes en casi cuatro manzanas a la redonda se quejaban del bajo voltaje en el servicio eléctrico, que provocó roturas de equipos electrodomésticos.
Y al respecto, responde el ingeniero Johanell Montecelo, especialista principal del Centro Integral de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica Cienfuegos, que son ciertas las quejas de los vecinos. «Es una zona reconocida como de bajo voltaje, pendiente de solución, y un planteamiento en las asambleas del Poder Popular. El director del municipio de Cienfuegos ha atendido en varias ocasiones a compañeros que han formulado esta queja, dejándoles siempre ver que la solución definitiva llegará cuando se realice la rehabilitación de las redes de ese lugar».
Explica Montecelo que el pasado 12 de marzo Osmani fue visitado por el director de la Unidad Empresarial de Base Cienfuegos, y se le explicó que la situación se resolverá definitivamente en agosto, según programa realizado por la Empresa para eliminar las zonas de bajo voltaje en el presente año.
Estudian trasladar vertedero de CaimitoLas afectaciones medioambientales que genera el vertedero municipal de la localidad habanera de Caimito, fueron señaladas aquí el pasado 12 de abril por Odalys Ruiz Valdespino: quemas constantes que generan personas inescrupulosas afectan la salud de los residentes en las viviendas cercanas.
Y Odalys, quien ha tramitado sus quejas por cartas y visitas personales a Comunales, Salud Pública, el Gobierno municipal y otras autoridades del territorio, no había recibido respuestas satisfactorias al respecto.
Ahora llega la carta de Ramón Piloto Hernández, director de Servicios Comunales en La Habana, quien afirma que el 13 de abril él y el director de Servicios Comunales de Caimito visitaron el sitio, y comprobaron que en el vertedero hace mucho tiempo que no se observan rastros o indicios de incendios.
Precisa que visitaron a Odalys, y se le explicó que la quema en vertederos está prohibida. No obstante, se coordinó con una empresa del MICONS y se realizó un trabajo de apilamiento de los desechos sólidos. También se le explicó a la demandante que fue responsabilidad de los organismos de consulta haber autorizado a construir viviendas a menos de cien metros de un vertedero.
Existe una tubería de agua rota cerca del mismo, señala, que provoca grandes contaminaciones; la cual fue reportada a la Dirección Municipal de Acueducto para su inmediata solución. Y «se le orientó al director de Servicios Comunales en el municipio que evalúe con la Comisión de Consulta territorial, para estudiar adónde se puede trasladar el vertedero, pues va a ser un problema permanente de esa Dirección, por las contaminaciones que el mismo provoca».
Se elevó... ¿hasta extraviarse?
A la septuagenaria Juana Hernández del Toro (Virtudes 685, entre Gervasio y Belascoaín, Centro Habana) hace diez años que le dieron esa casa donde vive, porque la suya se le cayó. Y desde entonces está lidiando para que le entreguen la propiedad de la misma. Todo ha sido un «peloteo».
La señora estuvo un año yendo a ver a la especialista de la oficina de Albergue, la cual le hizo perder el tiempo. Después la sustituyeron por una muchacha muy amable, que ya estaba encaminando su problema. Pero la alegría duró poco, porque esta se fue. Y la de ahora, para quien hay que «coger turno» de una semana para la otra y perder la madrugada allí, le dijo hace nueve meses: «Mi vieja, no se preocupe, que lo suyo se elevó».
Hace poco se personó en su casa alguien que dijo ser inspector de la Vivienda, para decirle a Juana que su estatus es ilegal. «Pero todo esto no es culpa mía, asegura la anciana. Yo no he podido legalizar la luz ni el gas. Estoy cocinando los alimentos con queroseno; y cuando no hay, tengo que recurrir a los vecinos, ya que a mí no me dieron el módulo ni la olla arrocera, pues no aparecía en lista. Estoy desesperada».