Acuse de recibo
Masiel Gómez Piñera escribe en nombre de los vecinos de calle 25 número 9, entre Hornos y Hospital, Centro Habana, «confiada en que de alguna manera se hará justicia ante tanta indolencia que por varios meses nos viene golpeando».
Refiere la lectora que ese edificio se reconstruyó con la participación activa, a pie de obra, de todos ellos, dirigidos por la Microbrigada Social de Centro Habana. Y aunque fue inaugurado oficialmente el 5 de diciembre de 2007, estas son las santas horas en que aún no tienen la condición de habitable, por muchos cabos sueltos que andan.
Fue la urgencia de los vecinos, y el prolongado tiempo del inmueble cerrado, lo que obró para que el 20 de octubre de 2008 les entregaran las llaves de los apartamentos, previa concertación de la Micro Social, la Dirección de la Vivienda y el Gobierno en el municipio. Entonces, quedó clara la responsabilidad de esas entidades en la solución de los problemas, que le invalidan la condición de habitable.
El edificio no tiene motor de agua, y sus moradores deben cargarla de la cisterna, que está ubicada dentro de un apartamento. Hay filtraciones en los apartamentos por las puertas y paredes y registros de electricidad destapados, algunas ventanas están rotas y la escalera no tiene pasamanos.
El edificio está sin pintar por dentro, con paredes sin resanar y sin fino; faltan herrajes de los baños, llaves de agua, duchas e instalaciones de desagüe. Toda la escalera y los pasillos carecen de electricidad y se entregaron apartamentos con lámparas de electricidad rotas en su mayoría. Y la reja de la entrada está mal confeccionada, y, por ende, ya deteriorada.
De gestiones están hartos. En el Gobierno municipal les dicen que se va a resolver. Pero nada... Y Micro Social «dice que ella no tiene que ver con eso». La delegada de la circunscripción coordinó una reunión con los vecinos y el Gobierno municipal. Y todavía siguen esperando por la misma.
«¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que los vecinos que trabajaron a pie de obra puedan disfrutar de una vida con calidad en una edificación declarada algún día habitable, tras la solución de todos los problemas?», pregunta Masiel.
Ruido con la música...De la musical Santiago de Cuba llegan ruidos de indisciplinas y arbitrariedades. Tirso Acosta Castillo (calle 14 número 4 y ½, altos, entre 7 y 9, reparto Mariana de la Torre) denuncia que en el Centro Provincial de la Música Miguel Matamoros hace años las irregularidades salariales «son cotidianas, y no aparece por ninguna parte la solución al problema, a pesar de ser del conocimiento absoluto del órgano de Gobierno Provincial».
El 9 de marzo pasado, cuando me escribiera Tirso, aún no se había hecho efectivo el pago de salarios que debió hacerse desde el 25 de febrero. Y la única respuesta es que «el Instituto Cubano de la Música no ha depositado el dinero».
El Departamento Económico del centro les plantea que «el pago salarial atrasado de los músicos que laboran por la Ley 72 —es decir, que reciben remuneración en divisas— es debido a que esa moneda está centralizada, y el Instituto Cubano de la Música demora la entrega del dinero al no depositarlo en el tiempo requerido». Y también existen reiterados atrasos con el pago en pesos.
«De cualquier modo —significa Tirso—, por una u otra razón nada justifica esta violación y falta de respeto a los derechos laborales del artista, si tenemos en cuenta que constituye una violación flagrante de la Constitución de la República, en su artículo 45, segundo párrafo, que cita textualmente el derecho al trabajo remunerado de los trabajadores. En el caso nuestro, se viola irrespetuosamente lo pactado y establecido en el Convenio Colectivo con los artistas, donde establece como fecha de pago límite el 25 de cada mes».
Tirso concluye con una pregunta muy seria: «¿De qué viven los músicos y nuestras familias cuando se nos niega el derecho a cobrar en tiempo?».
Ya es hora de que, ante el rebrote de irregularidades de ese tipo con los pagos a los trabajadores —reveladas aquí últimamente—, la Central de Trabajadores de Cuba se pronuncie con fuerza al respecto, y se obre con todas las de la Ley.