Acuse de recibo
Tomás Escobar Herrera, director del Parque Zoológico Nacional de Cuba, reconoce en carta a esta sección que ese importante centro recreativo y educativo tiene un nivel de deterioro evidente —como lo señalara aquí el pasado 23 de julio la capitalina Zulema Raymat—, e informa de las acciones que se acometen para revertir esa situación.
A partir de una visita reciente a esa instalación, en la que la acompañó su nieta, Zulema nos narró las dificultades de transporte para llegar hasta el Zoo y el desastroso estado del baño situado en el sitio de partida del viaje interior por el parque. También se refirió a la acumulación de basura en un estanque, la rotura de la bomba de agua que abastece al parque, la falta de una decoración que identifique al Zoo en su entrada, y el hecho de que en 24 años no haya recibido una reparación general. «Hay que atenderlo con urgencia», sentenciaba la señora.
Precisa el Director que el mismo día de la publicación visitaron a Zulema en su hogar, y se le dio una explicación general, resumida en los siguientes aspectos:
Es cierta la dificultad para acceder al centro. Antes el parque situaba ómnibus desde la Calzada de Bejucal y la CUJAE hasta allí, pero han tenido dificultades con la asignación de combustible. Aun así, hay un programa de rehabilitación vial que prevé el mejoramiento del acceso y el fortalecimiento de las rutas de ómnibus.
Es cierto que el baño ubicado en la instalación desde donde parten los recorridos del safari africano está en pésimas condiciones, reconoce, y agrega que el mismo ha sido víctima del saqueo constante, pues no cuentan con suficiente fuerzas para la protección nocturna (eso explica, pero no justifica).
Precisa Escobar que se labora en el rescate y fortalecimiento de la seguridad de la instalación, incluida la reactivación del servicio sanitario. Mientras, acondicionan un módulo sanitario transitorio cercano, aparte de los baños habilitados en las cafeterías.
También subraya que el Zoo tiene contratados el diseño y montaje de todos sus carteles y señales, tareas que deben concluirse en agosto. Y confirma que la institución tuvo su sistema de bombeo de agua roto durante diez días. A pesar de ello, el parque no cerró sus puertas. Esa instalación demanda diariamente más de mil metros cúbicos de agua.
Precisa que el día de la visita de Zulema, el llamado Estanque de la Ballena estaba seco y se habían acopiado allí unos 20 metros cúbicos de materia vegetal resultantes de la limpieza y la poda de árboles. Todo ello, asegura, se evacuó como parte del saneamiento previo al verano.
Manifiesta el Director que las autoridades de la ciudad atienden y siguen de cerca lo relacionado con la reanimación del parque. Como resultado de ello ya está contratada la reparación del cercado perimetral y se trabaja en la rehabilitación de la red de alumbrado y en la reparación de la red vial. También cuentan con financiamiento para ejecutar el mantenimiento constructivo e inversiones.
En cuanto a las cafeterías, precisa que en esta época veraniega se incrementan las moscas, pues esas instalaciones son abiertas y de tipo campestre, y en la masa animal se incrementa la incidencia del gusano barrenador, larva de un tipo de mosca.
Agradezco la explicación a Zulema y al resto de nuestros lectores. El caso del Parque Zoológico Nacional demuestra que instalaciones de tal magnitud y arraigo popular requieren decisiones a tiempo y atenciones sistemáticas no solo de sus direcciones, si no en buena medida de quienes aprueban los recursos y las acciones.
Aprovecho para aclarar que hay respuestas que llegan aquí y no las publicamos porque no son claras y precisas. En algunos casos prácticamente no se entienden. Es muy importante que quienes las confeccionen se pongan en el lugar de quienes van a leerlas después. Una buena y coherente respuesta no deja margen a dudas.