Acuse de recibo
Hoy revelo la respuesta de José Ernesto Mayo, subdirector de la sede universitaria municipal de Gibara, en la provincia de Holguín, a propósito de la queja de Ángel Luis Ramírez, reflejada en esta sección el pasado 6 de noviembre.
Primero recordemos el antecedente: Ángel Luis, vecino de la localidad de Uñas, y técnico medio en Agronomía que labora en casas de cultivo tapado, denunció aquí lo que él consideraba un impedimento burocrático que le tronchaba sus aspiraciones de superación.
Contaba él que para este curso, y por coordinación entre el Ministerio de la Agricultura y la Universidad de Holguín, se abrió la posibilidad de estudiar Ingeniería Agronómica en la subsede universitaria de Velasco, localidad cercana a Uñas.
El interesado se presentó allí con todos los documentos y requisitos y le informaron que solo matricularían a 35 alumnos, cuyos nombres ya venían en una lista enviada desde La Habana. Sin embargo, de los 35 escogidos, no quisieron matricular a 16. Y el interesado no entendía que le imposibilitaran acceder a la carrera.
Al respecto, aclara José Ernesto, como subdirector de la sede municipal de Gibara para atender la subsede de Velasco, que, efectivamente, por coordinación MINAGRI-MES, se abrió la carrera allí, para trabajadores que, por su labor e intereses del organismo, requieren superación; y no entraba en la modalidad a distancia. Se matriculó por la lista que el MINAGRI había solicitado al MES. Y de los 19 priorizados, 16 no la quisieron.
Señala que «no fue nuestra sede quien fijó una cuota de 35 compañeros, ni quien confeccionó la lista, sino el propio Ministerio de la Agricultura, razón por la cual las gestiones posteriores que tuvo que hacer la empresa, y que según expresa el reclamante han sido infructuosas, son el resultado de que el proceso de selección para la matrícula no fuera objetivo ni correcto, como lo demuestra el hecho de que 16 de los autorizados no matricularan y no pudieran hacerlo varios que sí querían».
Aclara Mayo que los procedimientos de esa subsede se ajustan a las normas e indicaciones establecidas; y su objetivo, «seguir contribuyendo a que se hagan realidad los sueños de compañeros como Ángel Luis, el cual debe solicitar a su organismo su inclusión en la lista para el próximo curso, y una vez que matricule encontrará en nuestra sede todo el apoyo profesional y pedagógico necesario».
La segunda carta de hoy es otra respuesta, de Manuel Burón Seña, director provincial de Microbrigada Social en Ciudad de La Habana, a propósito de la queja del lector Oscar Herrera, reflejada aquí el pasado 19 de julio.
Oscar, quien reside en Primera 130, entre Avenida de los Apóstoles y Maniatan, en Los Pinos, municipio capitalino de Arroyo Naranjo, denunciaba entonces el vertimiento de aguas albañales provenientes de un edificio cercano que llegaban al patio de su casa. Luego de reportarlo a la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda, le hicieron la inspección, y le informaron que lo comunicarían a la Micro Social. Pero ya llevaba cuatro meses esperando, cuando Oscar me escribiera, y nadie se había asomado por allí.
Al respecto responde Burón que en la vivienda de Oscar y en la de otro vecino, la Micro Social acometió la desobstrucción de la línea central, la sustitución y reparación de los ramales afectados, la sustitución de la red hidráulica y de dos juegos sanitarios.
El funcionario consigna que tanto Oscar como el vecino quedaron satisfechos con el trabajo realizado. Hay que agradecer la respuesta en palabras y en actos, porque obras son amores. Pero, lamentablemente, no esclarece por qué Oscar tuvo que esperar cuatro meses, y desesperarse al punto de escribir a esta sección. Quizá puede haber una explicación lógica, pero eso deben conocerlo quienes leyeron aquí el reclamo inicial del demandante. Sin ese esclarecimiento, pudiera especularse que dilataron la solución, y no fueron si no cuando el afectado «trinó» en esta columna.