Pollo Autor: Internet Publicado: 18/10/2017 | 09:38 am
WASHINGTON, octubre 18.- La industria global de la alimentación usa antibióticos de manera indiscriminada para aumentar el volumen de los animales para consumo humano, en particular las aves de corral, y ese hecho representa un peligro real para la salud, advirtió la periodista estadounidense Maryn McKenna.
McKenna vive cerca de Gainesville, en el estado de Georgia, la autodenominada capital avícola del mundo, con una producción anual de 1400 millones de aves para consumo, es el contribuyente mayor al total de 9000 millones de pollos que cada año se crían en Estados Unidos.
La reportera, quien ha trabajado para las revistas especializadas Nature, Scientific American, Wired y National Geographic, escribió recientemente un libro titulado Big Chicken, que en resumen es una monografía acerca de los peligros que encierra la producción avícola en el mundo industrializado, reseñó el portal Infobae.
Estas aves no se crían por el sabor de su carne, sino por su abundancia. Otro factor esencial es el tiempo: se crían a toda velocidad. Un elemento contribuye a ambas cosas: Consistentemente, a lo largo de décadas, hemos alimentado a los pollos, y casi a cualquier otro animal para carne, con dosis rutinarias de antibióticos cada día de sus vidas, alertó McKenna.
De ese modo, el animal que solía ser activo en una granja es ahora un bicho que se mueve lentamente y crece mucho, un bloque sólido de proteína. Sucede con la mayoría de los animales para consumo humano: en el mundo, según publicó la periodista.
«Los granjeros comenzaron a usarlos porque los antibióticos permitían que los animales convirtieran más eficazmente el alimento en músculo sabroso», señaló.
Esta tendencia comenzó con los pollos en 1971. Los precios bajaron tanto que el ave se convirtió en la carne más consumida en los Estados Unidos. Y también en la carne más propensa a transmitir enfermedades, y resistencia a los antibióticos, agregó la experta.
No se piensa en la resistencia a los antibióticos como una epidemia oculta, sino como algo extraño e infrecuente, que le puede pasar a los ancianos o a las personas desgastadas por una enfermedad crónica, dijo Maryn McKenna.
Sin embargo, el problema que ha surgido es lo que generan los antibióticos en animales. Se prevé que hacia 2050 la resistencia a los antibióticos costará al mundo 100 millardos de dólares y causará una impactante cantidad de 10 millones de muertes por año, advirtió McKenna.
Para ella, la resistencia a este medicamento es como el cambio climático. Lo considera, además, como la amenaza más apabullante de las últimas décadas.
Todos esos logros son letreros que señalan la dirección en la que debe ir la cría de pollos, y reses, y cerdos, y el pescado de piscifactoría: hacia una forma de producción en la cual los antibióticos se utilicen tan escasamente como sea posible, enfatizó.
Cuando las bacterias vencen al antibiótico en los animales, están listas para vencerlo en los humanos: son las mismas drogas. La resistencia al antibiótico es como el cambio climático, comparó la periodista de Georgia. Es una amenaza apabullante, creada a lo largo de décadas, subrayó.