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Un astro inquieto

El Sol completará un proceso de inversión en su polaridad magnética. Expertos estiman que luego de esa actividad, la estrella caerá en un prolongado letargo

Autores:

Patricia Cáceres
Randy García

Nos atreveríamos a afirmar que el ombligo de este mundo es el Sol. A 150 millones de kilómetros, la estrella, clasificada por la ciencia como «enana amarilla», determina en gran medida el equilibrio de los procesos naturales en la Tierra y el Sistema Solar.

Ha estado ahí por 4 500 millones de años. Y, como todos los cuerpos celestes similares, su convulsa vida se desarrolla en procesos cíclicos.

Actualmente —según los científicos— el Sol permanece en un período de hiperactividad. En su superficie son cada vez más frecuentes las áreas con vientos de alta velocidad, denominadas agujeros coronales, así como las erupciones solares (emisiones de plasma) y llamaradas.

Y la noticia más reciente de ese excéntrico vecino, que ha tenido eco en todo el globo, se deriva precisamente de este período convulso.

Como si quisiera pararse de manos, el Sol invertiría sus polos magnéticos en los próximos tres meses. Así, su hemisferio magnético del norte permutaría con el del sur.

Phil Scherrer, científico de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, describió el proceso en detalle. «Los campos magnéticos polares del Sol se debilitan, quedan en cero, y luego emergen nuevamente con la polaridad opuesta. Es un elemento normal del ciclo solar».

Pese a esto, todavía no se han registrado movimientos sincrónicos de los hemisferios hacia la inversión, pero Scherrer y sus colegas están seguros de que pronto «los dos van a cambiar la polaridad y comenzará otro ciclo solar».

El físico Todd Hoeksema, director del observatorio solar de Wilcox, de la Universidad de Stanford, California, declaró que el cambio tendrá repercusiones para los planetas vecinos. «Quedan unos meses para completar la inversión, que provocará un efecto dominó en todo el sistema planetario».

El observatorio solar de Wilcox ya ha registrado tres veces el fenómeno desde 1973. El director explicó que durante cada una de estas fases, denominadas máximo solar, las inestables llamaradas solares incrementarían las emisiones de rayos cósmicos y ultravioletas a nuestro Sistema.

En la mira —afirmó— se encuentra el susceptible clima terrestre, así como los sistemas de telecomunicaciones en todo el mundo.

Como ya se sabe —añadió— no es la primera vez que nuestra estrella pasa por un proceso similar. En ciclos de 11 años el magnetismo solar se reorganiza de la misma manera, algunas veces con mayor o menor efecto sobre la Tierra.

La heliosfera, nombre por el que se conoce al campo magnético del Sol, es incluso más grande que el mismo Sistema Solar, tan extensa que pudo ser captada por la sonda Voyager desde el espacio interestelar.

En ese sentido el geólogo ruso Konstantin Ranks sí cree que el inminente vuelco magnético podría causar «un impacto irreparable en la vida digital de nuestro planeta».

Cuando tuvo lugar el cambio polar anterior en el año 2000 —sostiene Ranks— todo el mundo se conectaba a la Red a través de módems, por cables, pero hoy la realidad es muy distinta.

«Imaginemos que la mayoría de nuestros satélites, simplemente, dejan de funcionar. No habrá una radio de onda corta, Internet solo funcionará con cable, los teléfonos móviles van a desaparecer», relató.

Además el cambio puede afectar no solo a Internet o los teléfonos, sino que pudieran peligrar también los sistemas de control nucleares y los complejos equipos de los hospitales y circuitos bancarios, explicó.

Si esto llega a ocurrir, estaríamos en un momento nunca antes visto en la historia de la civilización tecnológica, que convertirá todas nuestras esperanzas de un gran futuro electrónico en una completa tontería, expresó el geólogo.

A «dormir» se ha dicho

Otros estudios sobre la superficie, el interior y la atmósfera superior del Sol, presentados recientemente en una reunión de la Sociedad Astronómica Americana, coinciden en afirmar que cuando finalice el ciclo de máximo solar actual es muy posible que la estrella entre en una especie de «hibernación» o letargo.

Según la revista Nacional Geographic, la intensa actividad magnética se ha evidenciado mediante las manchas solares, marcas oscuras y frías que van y vienen de forma regular en ciclos de 11 años. Estas han sido estudiadas durante siglos para detectar los niveles máximos y mínimos de magnetismo del Sol.

Ahora —añade la publicación— nos encontramos en el Ciclo Solar 24. Pero al decir de los expertos el Ciclo Solar 25 se retrasará mucho más, si es que llegara a ocurrir.

Matt Penn, investigador del Observatorio Solar Nacional (NSO, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, analizó junto a sus colegas 13 años de datos de manchas solares tomados por el telescopio solar McMath-Pierce, de Kitt Peak, Arizona.

Al parecer el equipo de expertos descubrió una tendencia a largo plazo de debilitamiento de las manchas solares que, de continuar, podría provocar que el campo magnético del Sol no fuera lo suficientemente fuerte para generarlas durante el Ciclo Solar 25.

Durante una conferencia de prensa, los especialistas aseguraron que cuando finalice el ciclo solar actual habrá sido «la mitad de intenso que el Ciclo 23 y el próximo podría no tener manchas solares».

Asimismo otro grupo del NSO, liderado por el científico Frank Hill, desarrolló un estudio sobre los ciclos solares mediante una técnica llamada heliosismología. Esta permite estudiar las vibraciones de la superficie del Sol causadas por olas acústicas para trazar su estructura interior.

La revista Nacional Geographic refiere que el equipo siguió el rastro de «corrientes en chorro» enterradas, llamadas oscilaciones de torsión. Estos flujos de material, que aparecieron cerca de los polos del Sol y migraron hacia el Ecuador, al parecer desempeñan un importante papel en la creación del campo magnético del astro.

Las manchas solares —precisa la publicación— se generan en las líneas de estos flujos, por lo que pueden indicar cuándo se desarrollarán los próximos ciclos solares.

«La oscilación de torsión para el Ciclo Solar 24 apareció por primera vez en 1997. Lo que significa que el flujo del Ciclo 25 debería haber aparecido en 2008 o 2009, pero no ha sido así», expresó Hill.

En opinión del especialista, el inicio del Ciclo Solar 25 podría retrasarse hasta 2022 o incluso podría no ocurrir.

Por otra parte Richard Altrock, director del Programa de investigación de la corona del Sol, del NSO, ha observado cambios reveladores en el fenómeno magnético en la capa más tenue de su atmósfera superior o corona.

Normalmente —dice— el rápido movimiento hacia los polos de elementos magnéticos en la corona está relacionado con el aumento de la actividad solar. El movimiento hacia los polos también está relacionado con el hecho de que el Sol desplace el campo magnético vinculado al ciclo solar anterior, y dé paso a un nuevo campo magnético y con este a un nuevo ciclo de manchas solares.

Pese a la inminencia de los datos recolectados en los estudios, el posible letargo del Sol no es motivo de alarma.

«Ha ocurrido con anterioridad y la vida sigue su curso. No estoy preocupado; al revés, es emocionante», aseguró Frank Hill.

La falta de actividad magnética —explicó— puede ser de ayuda para la ciencia. Las tormentas solares fuertes pueden emitir descargas de partículas que interfieren en la comunicación por radio, afectan a las redes eléctricas e incluso pueden provocar un arrastre excesivo en los satélites.

También Dean Pesnell, científico del Observatorio Dinámico Solar (SDO) de la NASA, cree que la disminución de manchas solares no significa necesariamente que disminuyan otras características solares, como las prominencias, que pueden producir eyecciones de masa coronal dando lugar a las auroras.

Además —subrayó—, estos inusuales cambios de los ciclos de actividad solar ofrecen una oportunidad sin precedentes a los científicos para evaluar teorías sobre cómo el Sol crea y destruye campos magnéticos.

Curiosidades de la «enana amarilla»

•El Sol está compuesto en un 75 por ciento de hidrógeno, un 20 por ciento de helio, así como por otras pequeñas cantidades de oxígeno, carbono, nitrógeno, hierro y otros elementos.

•Representa el 98 por ciento de la masa del Sistema Solar.

•Su luz tarda poco más de ocho minutos en llegar a la Tierra.

•En su núcleo las temperaturas ascienden a los 15 millones de grados centígrados.

•Según el Centro de Predicciones del Clima Espacial, si la energía que genera en un solo segundo pudiera almacenarse, podría satisfacerse el actual consumo energético de un país como los Estados Unidos durante los próximos nueve millones de años.

•Cálculos estiman que «vivirá» otros 5 000 millones de años aproximadamente, tiempo en el que consumirá por completo sus reservas de hidrógeno.

•Es el cuerpo natural más redondo medido hasta ahora.

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