Han pasado 63 años desde aquel agosto fundacional y nuestras mujeres, agrupadas en la FMC, siguen cumpliendo tareas trascendentales, como aquellas primeras que abrieron los caminos para que ocuparan un lugar protagónico en la historia de la Revolución. Es lógico entonces que sus triunfos sean los nuestros, que vibremos orgullosos con ellas y que desde nuestros corazones las veamos como deportistas, científicas, educadoras, en la defensa y la producción de alimentos, representantes de un proyecto rico en amor y pleno en humanismo, que ofrece condiciones de igualdad. Ellas le imprimen coraje a una Federación que Fidel —su creador junto a Vilma— definió en estas frases para dejar un sello distintivo en Cuba y en el mundo