El pinareño Rogelio García trabajó dos juegos de cero hit en un mismo mes, durante la Selectiva de 1987. Autor: Juan Moreno Publicado: 03/03/2025 | 07:19 pm
Rogelio García Alonso tuvo que cargar una cruz en su brillante trayectoria: permitir los jonrones que sirvieron para decidir dos campeonatos, nada menos que en un Latinoamericano abarrotado.
El primero se lo disparó Pedro José Rodríguez en el noveno inning, para darle el cetro a Las Villas en la 4ta. Selectiva de 1978, y el segundo se lo conectó Agustín Marquetti en el play off de la campaña de 1985-1986, que sirvió para dar fin a la sequía de títulos de los Industriales, que llevaban 13 años sin conquistar la corona.
Estas conexiones pesaron tanto en la carrera del «Ciclón de Ovas» que opacaron la cantidad de partidos que ganó el pinareño en choques decisivos. Pocos recuerdan, por ejemplo, que a este poderoso equipo de Las Villas, Rogelio, en esa misma serie extra, le dio lechada de dos jits.
En casa, vistiendo el traje de Vegueros, el veloz serpentinero archivó tres de los cinco triunfos que le dieron el gallardete a los vueltabajeros en la final de 1987, proeza que repitió en 1988.
Eran los tiempos en que la postemporada la disputaban cuatro equipos en un todos contra todos a dos vueltas. De 1986 a 1988, Vegueros tuvo balance de 14 ganados y cuatro perdidos, ocho de esos choques se los acreditó Rogelio, que solo perdió el encuentro que le decidió Marquetti.
Internacionalmente se impuso en los desafíos que decidieron tres Copas Intercontinentales, en 1979, 1983 y 1987. En el caso de la de 1979 fue en un torneo de todos contra todos y Cuba se llevó el banderín antes de concluir el calendario, al superar a Panamá.
En la Copa Intercontinental efectuada en Amberes, Bélgica, en 1983, se dio el lujo de ponchar en el juego decisivo al recio toletero Mark McGwire, quien disparó 583 batazos de vuelta completa en las Grandes Ligas. Ese mismo año fue el serpentinero que ganó el desafío que le permitió a Cuba subir a lo más alto del podio por cuarta ocasión en forma consecutiva en los Juegos Panamericanos de Caracas 1983.
El «Ciclón de Ovas» intervino en 16 series nacionales, ganó 203 desafíos y perdió 101, además de propinar 2 509 ponches y terminar con una efectividad de 2.38 promedio de carreras limpias.
¡Ah! y fue el único serpentinero que registró dos cero jits cero carreras en la era del bate de aluminio, una proeza que rubricó en la selectiva de 1987. El 1ro. de marzo frente a Camagüeyanos, diez a cero, y el segundo el 22 de marzo contra Serranos, tres a cero.
Hace varios años, Pedro José Rodríguez, con su proverbial modestia y humildad, me confesó: «El Ciclón de Ovas tuvo la mala suerte de que Marquetti y yo le decidiéramos campeonatos en el Latinoamericano, mas sobran los dedos de una mano para contar los lanzadores que se pueden comparar con él…, cuando estaba bien era imbateable. Yo le di varios jonrones en mi carrera; pero nadie ha sacado la cuenta de las tantas veces que me ponchó».