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Otro jonrón olvidado

No se recuerda como debiera el bambinazo del recio toletero de Santiago de las Vegas Armando Capiró Laferté, que alcanzó la categoría de dramático frente a Venezuela, el 10 de julio de 1979, en los 8vos. Juegos Panamericanos celebrados en San Juan, Puerto Rico

Autor:

Osvaldo Rojas Garay

En la edición del pasado domingo 1ro. de diciembre rescatamos del olvido el jonrón del santiaguero Orlando Bravo frente al capitalino Ramón Tablado, que le proporcionó el primer título a las Avispas en nuestras series nacionales de béisbol, el 19 de febrero de 1980.

Tampoco se recuerda como debiera el bambinazo del recio toletero de Santiago de las Vegas Armando Capiró Laferté, que alcanzó la categoría de dramático frente a Venezuela, el 10 de julio de 1979, en los 8vos. Juegos Panamericanos celebrados en San Juan, Puerto Rico.

Los representantes de la hermana nación venezolana llegaron al noveno capítulo con marcador favorable de siete carreras a cuatro, ventaja que puso en peligro la cadena de 21 triunfos consecutivos que tenían los cubanos en estos eventos desde la cita continental realizada en Cali, Colombia, en 1971.

En esa entrada, el abridor Evelio Ovalles, que tan buena actuación había rendido en el partido, golpeó a Pedro Medina y soportó cañonazo de Rodolfo «Jabao» Puente. En esa situación, el mánager Pompeyo Davalillo llamó al zurdo Jóvito Escobar para que tratara de dominar a Wilfredo Sánchez, el Gamo de Jovellanos.

Entonces el mentor cubano Servio Tulio Borges Suárez decidió enviar de emergente a Armando Capiró, quien respondió a la confianza depositada en él por la dirección del equipo y disparó kilométrico batazo que sirvió para igualar las acciones.

En el décimo, los sudamericanos amenazaron y Braudilio Vinent, llamado a relevar al fallecido serpentinero pinareño Jesús Guerra, dio el escón. Después, en el cierre de ese episodio, Rodolfo Puente con doblete de oro empujó a Pedro Medina, con la carrera que le proporcionó la victoria al elenco de la Mayor de las Antillas, ocho a siete.

El gran héroe del juego, sin dudas, resultó Armando Capiró, que con dos corredores a bordo, en el noveno inning, desapareció la pelota del parque para empatar el desafío y de esta manera evitó que a Cuba le quebraran la racha de salidas exitosas en justas de esta naturaleza que, con aquella sonrisa, se elevó a 22 y luego se extendió a 37 hasta los Juegos Panamericanos de Indianápolis, en 1987, donde fue rota por una potente escuadra estadounidense.

Por el elenco antillano escalaron la lomita el Ciclón de Ovas, Rogelio García; Juan Carlos Oliva, Lázaro Santana, el fallecido Jesús Guerra y el Meteoro de la Maya, Braudilio Vinent, mientras que el alto mando venezolano dependió de los mencionados Ovalles y Escobar; Pedro Marruco, Luis Álvarez y, por último, Rafael Cepeda, que cargó con la derrota.

Cuba alineó con Wilfredo Sánchez en el jardín izquierdo, Rey Vicente Anglada (2B), Luis Giraldo Casanova (RF), Antonio Muñoz (1B), Pedro José Rodríguez (3B), Agustín Marquetti (BD), Fernando Sánchez (CF), Pedro Medina (R), Rodolfo Puente (SS) y en el final del décimo capítulo Capiró defendió al bosque izquierdo, tras salir de emergente en la entrada anterior por el Gamo de Jovellanos.

Curiosas coincidencias

En aquella cita efectuada en la capital borinqueña, Armando Capiró y otro de los grandes jonroneros de la pelota cubana, Pedro José Rodríguez Jiménez (Cheíto), lideraron a los bateadores con .500 de average, al disparar 11 inatrapables en 22 visitas oficiales al cajón de bateo, y ambos conectaron cuadrangulares en el mencionado desafío contra Venezuela.

A los dos los unen otro par de hechos curiosos, pues en la 12ma. Serie Nacional (1973), luciendo la franela del equipo Habana, el espigado toletero de Santiago de las Vegas se convirtió en el primer bateador en conectar más de 20 palos de vuelta completa en una temporada, con los 22 que le posibilitaron romper la primacía impuesta por Agustín Marquetti en la versión de 1968-1969, en la que el oriundo de Alquízar disparó 19 vuelacercas.

Cinco años después, en la 4ta.Selectiva (1968), Pedro José le arrebató la primacía a Capiró, al botar la pelota en 28 oportunidades, todas esas conexiones a costa de serpentineros derechos.

En ese propio torneo, Capiró se erigió en el cuarto bateador en apuntarse dos bambinazos en una misma entrada frente al picheo de Las Villas, el 18 de abril de 1978. ¿Saben quién fue el tercero?, pues ¡Cheíto Rodríguez!, que registró similar hazaña contra los monticulistas de Ganaderos, el 28 de diciembre de 1976.  

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