Carlos Daniel participará próximamente en algunas lides en España. Autor: Cortesía del entrevistado. Publicado: 11/06/2024 | 08:32 pm
«Es uno de los torneos más fuertes que he jugado en mi vida», le dijo a Juventud Rebelde desde un aeropuerto, vía digital, el ajedrecista cubano Carlos Daniel Albornoz (2614). Este fin de semana concluyó su participación en el Campeonato de Clubes de Francia, donde representó al conjunto Marseille Echecs, que terminó en la quinta plaza del grupo A (13 puntos; tres victorias y cuatro reveses), ubicación que le impidió entrar en la llave superior, de ahí su inclusión en el apartado inferior, en el que acabó en el segundo escaño (22 unidades; dos triunfos, un empate y una derrota).
La actuación individual del camagüeyano en su primera oportunidad en esta lid fue de dos sonrisas, siete armisticios y un par de tropiezos ante el armenio Samvel Rrubeni Ter-Sahakyan (2628) y el neerlandés Jorden van Foreest (2665). Su último enfrentamiento devino éxito frente al indio Sunilduth Lyna Narayanan (2668).
El plantel del antillano lo conformaron además los españoles Jaime Santos y Juan Rottenwohrer, el italiano Francesco Sonis, el indio Sankalp Gupta, el alemán Vitaly Kunin y siete franceses, incluido Gabriel Flom, campeón del grupo Abierto del pasado Memorial Internacional Capablanca, desarrollado en el hotel Habana Libre.
Acerca de su experiencia en este certamen por equipos, ganado por el colectivo C’Chartres Echecs, el Gran Maestro agramontino declaró a JR que fue un evento fuerte y exigente, pues debió jugar en todos los compromisos de su formación —11 en total. Su recorrido por el Campeonato de Clubes de Francia le permitió asegurar que contó con más nivel que el apartado Élite del Capablanca
2024 —finalizó subtitular—, pues chocó con seis trebejistas con más de 2600 puntos de Elo y con varios Grandes Maestros.
Reconoció que la justa es una de las más duras que ha vivido en su carrera deportiva y aunque perdió algunos puntos de su coeficiente Elo, es consciente de que necesita intervenir con más frecuencia en campeonatos como este.
«De manera general existió muy buen ambiente y el hecho de jugar una partida diaria lo vi favorable, me dejó descansar un poco. En cada ronda, cada equipo debía incluir en su alineación un mínimo de cinco franceses y un máximo de tres extranjeros. Yo fui el único foráneo de mi elenco que estuvo en todos los duelos. Marseille Echecs culminó en el décimo lugar, eso era parte de los objetivos. Realmente no defendí a uno de los conjuntos más fuertes y eso fue beneficioso en el sentido de que pude tener rivales de mayor calidad.
«Creo que mi desempeño fue algo discreto, hice la mitad de los puntos posibles, 5.5 de 11. En un momento del torneo no me sentí jugando mi mejor ajedrez, pero gracias a Dios en la última partida, ante Narayanan, pude triunfar. Al final, solo perdí cinco puntos en el Elo, pero estuve perdiendo alrededor de diez. En tres ocasiones disfruté de partidas con ventaja, pero no las supe aprovechar. Estoy contento, de todas maneras, porque tomé esta experiencia como preparación para la Olimpiada Mundial de Budapest, Hungría, en septiembre», explicó.