Los Leñadores de Las Tunas han sido un equipo que, en los últimos años, repite una fórmula cautelosa para despistar a sus adversarios en la temporada regular de la Serie Nacional. Por lo general este poderoso conjunto inicia la campaña, como decimos, «a media máquina», y después que pisa el acelerador parece inalcanzable hasta la discusión de los puestos cimeros.
Así sucedió en la pasada temporada cuando arrancaron en la parte baja de la tabla de posiciones, pero luego vencieron la etapa regular como líderes y terminaron alzándose de manera contundente con el título nacional en los playoffs. Al parecer, ahora los del Balcón del oriente cubano quieren repetir lo sucedido en 2023 y, ni cortos ni perezosos, han encadenado un repunte victorioso que los mantiene cómodos en lo alto de la clasificatoria, junto a los explosivos Vegueros.
Otra vez al empuñar sus filosas hachas en un «bosque» donde la calidad del picheo ni por asomo predomina, la curtida alineación de los Leñadores se sirve en cuchara grande durante cada partido. No hay mayor muestra de ello que su average ofensivo de .321 a la altura del juego 39 (tiene cinco partidos pendientes con los Piratas de la Isla de la Juventud). Su producción de cuadrangulares no resulta nada despreciable: 37, como tampoco el OPS colectivo de 897 y su OBP de .408.
En esos números ha tenido mucho que ver el rendimiento del máscara Yosvani Alarcón, quien a sus 39 años continúa descosiendo en nuestro patio beisbolero la Teammate. Además de comandar a los Leñadores en promedio ofensivo, OBP, SLU, OPS e indiscutibles, Alarcón ha cerrado durante esta campaña su zona de bateo y, el hecho de ser más paciente en el home, le viene dando muy buenos dividendos: solo nueve ponches en 150 comparecencias en la goma.
Sin embargo, si un pelotero tunero parece haber explotado su potencial definitivamente luego de varias temporadas inexactas en el rendimiento, ese es el versátil Denis Peña, que ahora ha sacado a mover las muñecas con fuerza y ostenta ya nueve batazos de vuelta completa (máximo jonronero de los Leñadores).
Si sumamos a su producción ofensiva la amplia utilidad y prestaciones a la defensa, pudiendo jugar en el cuadro y los jardines, sin dudas, estamos hablando de un talento con candidatura directa para integrar una futura preselección nacional.
Más allá de cualquier individualidad, al equipo tunero habrá que valorarlo siempre por el empuje y las armas colectivas. Pocos conjuntos hoy en nuestro menguado campeonato pueden exhibir nombres en su alineación del calibre de los hermanos Alarcón, Roberto Baldoquín (ex Liga Menor en el béisbol estadounidense), Yuniesky Larduet o Rafael Viñales. Es difícil mantener sedada a esa tanda, casi una misión imposible, cuando la mayoría compila por encima de la barrera de los .300 de average.
Por el contrario, en nombres, los serpentineros tuneros no resaltan entre los más descollantes de la temporada, pero hasta ahora han cumplido la faena monticular con éxito, apoyados, sobre todo, en el brazo de Alberto Pablo Civil, que posee seis triunfos y cuatro salvamentos, y en los también relevistas Rodolfo Díaz y Keniel Ferráz.
Lo cierto es que al timonel campeón de la pasada campaña, Abeisy Pantoja, le sobra material para clasificar cómodo a la siguiente etapa y, estando allí, comenzar a mirar de reojo y con serias pretensiones el título nacional de la 63 Serie. Si una enseñanza siguen dejándonos los Leñadores es que nunca podemos juzgarlos por esos inicios dubitativos.