Elaine Thompson, fiel heredera de otras leyendas jamaicanas de la velocidad, tuvo en este 2021 la temporada de su salto definitivo al Olimpo. Autor: El Periódico Publicado: 08/12/2021 | 11:41 pm
Era el preludio de un premio polémico. Cuando la World Athletics, máximo ente del organismo a nivel mundial en atletismo, anunció hace poco más de un mes su lista preliminar para la selección de mejores atletas del año en uno y otro sexo, se veía venir la injusticia. Porque aunque Elaine Thompson-Herah y Karsten Warlhom cuenten con méritos de sobra para elevarse al escalón más alto del campo y pista, muchos grandes no merecieron irse con las manos vacías de la ceremonia efectuada de manera virtual hace una semana.
Dejan una sensación rara estos galardones. Es más, quizá injusticia no sea el término correcto para definirlo. Pero la paridad entre los aspirantes era tal, que un único trofeo se antojaba insuficiente. Por eso los premios individuales en ocasiones parecen innecesarios. Otorgan brillo a gente que se lo ha ganado, pero obvian a otros que sobre las pistas no fueron menos. ¿Quién explica hoy que Yulimar Rojas, flamante recordista del mundo en triple salto, no sea la mejor de 2021?
A priori, habrá argumentos de sobra para los defensores de Thompson y también para quienes no entiendan que se relegara a la fuera de serie venezolana a un segundo plano. Yulimar, valga decirlo, destrozó el estigma de la barrera de los 15 metros como marca divisoria entre las buenas atletas y las grandes en su modalidad. Para ella, tal número quedó en el pasado hace buen tiempo. Lo supera cada día, lo tritura, lo machaca con sus enormes brincos.
Thompson también tuvo 12 meses espléndidos. En Tokio, punto culminante de la temporada por su significación, subió tres veces a lo más alto del podio. Se dice fácil, pero pocos han logrado algo semejante a lo largo de la historia. Y además, lideró la temporada con 10.54 segundos en 100 metros y 21.53 en 200, ambos cronos de otra galaxia. Tal es su ambición, que ahora apunta más lejos: quiere la plusmarca universal.
Entre ambas estaba la elección de la número uno. Algo parecido sucedía entre los hombres, con el finalmente agraciado Warlhom y el fornido impulsor de la bala estadounidense Ryan Crouser. En este caso, quizá primó la dureza de la prueba, que actualmente goza de un nivel extraordinario por la cantidad de corredores que aspiran al podio en cada competencia.
Los 400 con obstáculos llegaron a ser, en su momento, una prueba lejana a sus mejores épocas. Pero con Warlhom a la cabeza, ha recuperado territorio. Lo triste es que Crouser, que en bala no pierde hace muchísimo tiempo y se ríe de los 23 metros cada vez que entra al círculo de disparos, tenga que ver a otro recibir un trofeo que bien pudo ser para él.
Thompson y Karsten son hoy, en todo caso, los abanderados de una generación que recordaremos por mucho tiempo como una de las más sobresalientes del deporte rey, con figuras que han marcado un antes y un después en sus respectivas modalidades en cuanto a tiempo y marca.
Yulimar, Crouser y los restantes, Duplantis, por ejemplo, no son únicamente escuderos, sino también ganadores en la sombra de la gala efectuada por la World Athletics.