El sábado y el domingo se trocaron en días aciagos para la esgrima cubana que buscaba, en el torneo clasificatorio continental con sede en San José, Costa Rica, las estocadas necesarias para tener derecho a «desenfundar» en Tokio, el próximo verano.
El inicio del fin de semana fue también el inicio del «fin», de la nada. Una de nuestras principales figuras, Yunior Reytor, logró sortear el camino y llegar a la final de espada. Pero en el combate decisivo el canadiense Marc-Antoine Blais Belanger lo tocó más veces con su acero, y se impuso 15-10.
Eso sí, cabe destacar que este torneo regional obligaba a sus participantes a tener un desempeño perfecto, pues otorgaba plazas solo a los ganadores de cada arma en uno y otro sexo. Reytor, medallista de plata en la Copa del Mundo Peter Bakonyi en Vancouver, Canadá, en 2017, y campeón por equipos en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, se quedó a las puertas del sueño más grande que tienen muchos atletas, luego de dos victorias y una solitaria derrota. Así es el deporte.
El sablista Harold Rodríguez tampoco logró el boleto, tras anclar en la tercera posición en su especialidad.
Nuestra otra representante en la espada, la «veterana» santiaguera Yamirka Rodríguez, perdió su duelo 15 toques a seis frente a otra canadiense, Leonora Mackinnon, espadachina que a priori figuraba como la mejor ubicada en el ranking (34) de la Federación Internacional, entre todas las mujeres participantes en la justa.
Cuba ha tenido representantes en tres de los últimos cinco Juegos celebrados. Primero, el vueltabajero Cándido Maya desenfundó su arma en los torneos de espada de Sydney 2000 y Atenas 2004. Luego, tras dos ediciones estivales sin presencia cubana, el sablista capitalino Yohandry Iriarte logró la clasificación a Río de Janeiro en 2016.
Por otro lado, Cuba no sube al podio de la esgrima desde finales de los años 90 de pasado siglo (no suena lejano en el tiempo, pero en términos de resultados deportivos es una eternidad). Iván Trevejo se colgó la medalla de plata en el evento de espada de Atlanta 1996, mientras que ese mismo verano el equipo de florete masculino integrado por Elvis Gregory, Rolando Tucker y Óscar García se llevó el bronce. Cuatro años más tarde Trevejo, Carlos Pedroso y Nelson Loyola subieron al tercer escaño del podio en el toneo de florete por equipos, en Sidney.
Da la sensación de que comienza, de nuevo, un período de sequía olímpica en un deporte que ha contribuido en varias ocasiones a nuestro medallero particular en estas fiestas estivales.