Marabana Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 31/10/2020 | 11:22 pm
Imposible desligar a Carlos Gattorno, director general del proyecto Marabana-Maracuba, de la actividad física. Son miles los kilómetros recorridos en rol de andarín o gestionando la mayor fiesta competitiva de largo aliento en la Isla. Su máxima es que cada corredor crea su pista solamente saliendo de casa.
Aunque la ejercitación ha debido moldearse puertas adentro ahora, frente al riesgo infeccioso del nuevo coronavirus, los practicantes llevan la prisa a las maneras de internet. Así se ha adaptado el proyecto, apelando a la virtualidad en sus carreras, como volverá a suceder el venidero 22 de noviembre, cuando se efectuará la edición 34 de Marabana.
Activo ha estado Gattorno estos últimos meses sobre su bicicleta estática, pero también en el teclado de la computadora, divulgando ideas contra el sedentarismo en redes sociales y medios de comunicación, u organizando los eventos de 2020.
—A los modos virtuales también ha recurrido el proyecto Marabana-Maracuba, dada la situación derivada de la pandemia. ¿Cómo ha transcurrido esa conversión?
—Cada revés tiene que ser convertido en victoria. Desde 1994, siempre hemos tenido como lema que es con el escudo o sobre el escudo. Eso ha quedado demostrado ante ciclones, tormentas. Por ejemplo, Marabana 2019 se realizó bajo una fuerte y permanente lluvia y todos los corredores, voluntarios, equipo de dirección y nuestros máximos dirigentes deportivos, con su presencia, nos estimularon.
«Ahora, la pandemia es un hecho, pero no dejaremos de celebrar la edición 34 de Marabana, en esta ocasión de manera virtual. Ello también propicia la comunicación y nos obliga a no ofrecerles espacio al sedentarismo y a todo lo que conlleva, en detrimento de la salud de las personas, caminantes y corredores. Los Andarines Cubanos (grupo de Facebook) están convencidos y las publicaciones lo demuestran, desde Maisí al Cabo de San Antonio».
—Hace poco se celebraron las carreras aniversario 60 de los CDR y la Diez de Octubre, además de que han acontecido otros momentos para ejercitarse en casa. ¿Son estos sucesos una oportunidad para complementar escenarios que no sean solo los presenciales?
—Sí, pero en relación con la carrera presencial debe ser obligatoriamente de forma individual, respetando el distanciamiento físico y utilizando nasobuco. Estamos en una situación muy interesante, una parte de la población puede hacer actividad física en espacios abiertos, y otra se encuentra en distanciamiento social y se alista en casa, mas todos tenemos la posibilidad, con la publicación en las redes sociales, de exponer que estamos activos y conscientes de las medidas de bioseguridad. Está al alcance la oportunidad de ser ejemplos en disciplina y seriedad.
«El andarín (corredor o caminante) debe demostrar con hechos su elevada responsabilidad individual, al realizar sus entrenamientos con nasobuco y acatando el distanciamiento social. Tiene que llevar agua para su consumo personal, no puede desechar indiscriminadamente envases que utiliza para su hidratación o atravesar grupos, y es preciso eludir a personas que pueden estar en una cola o esperando un transporte. Otra tarea es practicar un elevado compromiso familiar. Tras adentrarse en más de un municipio en su entrenamiento y llegar al hogar, se requiere de un espacio para el paso podálico y condiciones para lavar la ropa de entrenamiento, así se evita una posible contaminación».
—Las inscripciones para la edición 34 de Marabana tendrán características especiales en su forma de concretarse y de participación…
—Como carrera virtual posee reglas que serán de forma individual para los corredores en el grupo Andarines Cubanos. Existe una opción para escuelas y participantes que no tienen internet. En esos casos, los jefes de proyecto de Marabana-Maracuba tendrán la responsabilidad de inscribirlos y confeccionar su dorsal.
«También disponemos del correo electrónico marabana@inder.gob.cu, que estará siendo empleado en pos de inscribir centros docentes que no tengan acceso a las redes. Pero lo más importante es que la solidaridad, la socialización que producen las carreras, se plasme en evidencias, fotos y videos de los participantes en Andarines Cubanos, que hasta la fecha suma más de 1500 miembros».
—¿Qué opinión le merece la incorporación de corredores de toda Cuba a las carreras involucradas en el proyecto Marabana-Maracuba?
—Se ha alcanzado un significativo nivel de educación y cultura en caminatas y carreras, lo que se traduce o aprecia en la participación lograda en todo el país. Por esta razón, no podíamos dejar a un lado esos frutos y convertimos esa participación en expresión ahora de las carreras virtuales.
«Porque, seguramente, cuando las condiciones objetivas lo propicien, volveremos a las calles y retornaremos miles. La COVID-19 nos puede detener en la actualidad; sin embargo, pasará y será derrotada. Queremos felicitar al personal de Salud y a los científicos, que andan haciendo realidad lo que necesitamos para cumplir ese sueño».
—¿Cómo marcha la inserción internacional de andarines o practicantes foráneos de cara al 22 de noviembre?
—En el momento en que decidimos detener las inscripciones, ya teníamos el sí de practicantes de 16 países y, comparativamente con 2019, estábamos 30 por ciento por encima en registros en dicho período. Ahora bien, Marabana se ha ganado el reconocimiento y posicionamiento internacional, que se pone de manifiesto cada año, y este no será diferente, a pesar de su enfoque virtual.
—Sin los patrocinadores es muy difícil organizar un evento deportivo como Marabana. ¿Seguirá fortaleciéndose esta alianza?
—La situación económica en todo el mundo exhibe consecuencias devastadoras. Nuestro contrato internacional con Dentsu/MKTG, como muchos otros, tendrá que ajustarse a la nueva realidad. El patrocinio de un evento deportivo incluye como carta de presentación la organización, resultados en la atención a los corredores, dispositivo médico, trabajo de los voluntarios y técnicos, participación de la población y presencia de los organismos aseguradores de la ciudad sede.
«Esas son fortalezas de Marabana y tenemos que convertir las amenazas en oportunidades y fortalezas. La primera fue hablar con sinceridad y transparencia a la comunidad de corredores a nivel mundial y no crear falsas expectativas sobre la posibilidad de cambiar fechas. Hay que ser objetivos y nada se puede concretar de forma individual. En Marabana siempre será conducta a seguir el cumplimiento cabal de las indicaciones gubernamentales. El proyecto no es independiente, es consecuencia del sistema social que lo protege y apoya».
—¿Correr, montar bicicleta o caminar, cuál ejercicio prefiere?
—Toda mi vida ha estado vinculada a los tres ejercicios, fui un corredor popular desde 1970, en que me gradué de profesor en la ESEF Manuel Fajardo. Me gustaba mucho entrenar con mis alumnos en la ESPA nacional. La carrera es fundamental en el deporte que entrenaba. También en la Ciudad Deportiva muchos trabajadores entrenábamos al mediodía.
«En 1997, un accidente que sufrí, cuando cumplía misión internacionalista, me apartó para siempre de la posibilidad de correr. Entonces apareció como recurso la caminata y la disfruto muchísimo. Incluso, participo como caminante en eventos que organizamos en el proyecto y me permite compartir, socializar con corredores y caminantes como uno más.
«Así soy integrante del colectivo y me facilita esto evaluar todo lo malo y bueno que hacemos. Sobre todo porque no existen barreras en la comunicación entre nosotros. La bicicleta estática es un recurso al que acudí más en el contexto de la COVID-19, aunque hace años la utilizo como cambio de actividad física y frecuentemente cuando las afectaciones climatológicas me impiden salir a la calle, a mis 70 cumplidos».
Carlos Gattorno se ha mantenido haciendo ejercicios durante estos meses. Foto: Tomada de su perfil de Facebook.