Con la mochila enganchada al bate

Aunque el mentor Miguel Borroto lo había anunciado antes, hace unos días se confirmó la incorporación del mejor bateador del último trienio en series nacionales a la preselección de Camagüey para la temporada 60.

La salida de Yordanis Samón de Industriales provocó más escándalo mediático que su llegada nominal a las plácidas llanuras agramontinas, en un peregrinar que lo ha llevado a jugar con seis equipos en 18 campañas, si se incluyen las veces que ha sido refuerzo.

Pero seis selecciones diferentes no es récord, José Ángel García y Michael González han jugado con ocho novenas; Miguel Lahera y Yordan Manduley con siete, y otros nueve han servido a la misma cantidad de planteles que Samón. De la decena que ha estado en seis equipos distintos, solo dos, entre ellos el que ahora mandó a hacerse una camiseta de los Toros, no saben lo que es ganar el campeonato nacional. El otro es Frederich Cepeda.

Durante las primeras series nacionales era muy común integrar equipos diferentes debido a las características de los torneos. Martín Cárdenas, por ejemplo, asistió a cuatro campañas con elencos diferentes sin permutar de provincia y Ronel Sardiñas (recientemente fallecido) es el único cuyas primeras cinco temporadas fueron con novenas distintas.

En tiempos más recientes, un jugador podía usar tres trajes en una misma justa, si era pedido de refuerzo para la segunda fase y luego para la postemporada.

Entonces, quisimos cerrar un poco más el círculo. O mejor, Daquinta, que es quien pone los números en esta historia, asumió el reto de hurgar en sus archivos para saber quiénes han representado cuatro provincias distintas en 60 años de series nacionales sin contar las veces que fueron llamados como refuerzos.

Este trabajo es apenas un minúsculo resultado de la acuciosa obra que empezó mucho antes del confinamiento obligado por la COVID-19 y que lo llevó a enmendar errores que aparecen en Guías Oficiales (que no son pocos, según sus indagaciones y cotejos de nombres y estadísticas).

Así, supimos con exactitud que ya hay tres peloteros que han iniciado temporadas en equipos de cuatro provincias. Fíjese bien, amigo lector, que no es lo mismo que decir en cuatro equipos diferentes. Hablamos, reitero, de provincias.

Samón, si en definitiva se vuelve Toro en la próxima temporada, imitaría lo que antes hicieron Rey Rosario Alá Cortina, Juan Carlos Pérez Montero y Alaín Castañeda Amaro (ver Tabla I).

En el caso del segundo, Juan Carlos, la búsqueda año por año y nombre por nombre, arrojó que ha sido el único de 4-4: cuatro temporadas, todas en provincias distintas. Eso sí es cogerle el gusto a las mudanzas.

Hasta ahora, Samón acumula 14 años con los Alazanes granmenses, luego fue Cocodrilo matancero durante una serie y siguió su periplo occidental con tres campañas como león habanero (ver Tabla II).

De los 38 hombres que han competido por tres provincias distintas, no hay dudas de que el de más abolengo es él, actualmente integrante de la selección nacional y con puesto fijo mientras suene su madero. Porque no tendrá un swing con swing, pero sí le pega fuerte a la bola.

Desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla promedia .371 (26 hits en 70 turnos oficiales). Al sumar sus números de esa competencia, la Serie del Caribe de Panamá 2019, los Juegos Panamericanos de Lima y el pasado Premier 12, ha estado siempre entre los máximos productores de imparables de manera sostenida en su equipo. En el último certamen fue el único con más de tres incogibles (de 10-5) en una alineación totalmente maniatada durante la justa.

En los campeonatos cubanos, Samón batea para .341 con slugging de .511. Debe llegar en la próxima serie a los 2 000 hits (1 964), tiene 369 dobletes y 182 palos de vuelta entera, con 1 118 impulsadas, en 6 619 comparecencias.

Es un lujo hacerse de sus servicios; si las reglas del juego fueran otras, hubiese costado una fortuna a Borroto dado su actual estado competitivo. El estadístico Yasmani Ayón confirmó nuestra sospecha: nadie ha sido mejor que él en los últimos tres años.

Samón en ese lapso fue primero en carreras impulsadas 176, segundo en anotadas (157), average con 750 comparecencias (.357), jonrones (35), dobletes (57); tercero en triples (9), empatado con César Prieto, y cuarto en total de hits (292). Sin dudas, vive un momento de esplendor en los campeonatos cubanos.

Es raro que un bateador con sus herramientas cambie tanto de equipo. La mayoría de los movimientos registrados obedecen a jugadores subvalorados o que tienen gran competencia en sus posiciones y buscan probar suerte en otros lares. Pero que el peregrino sea regular en la selección nacional y además, pieza central de su lineup, eso sí es un dato de interés, e inédito.

Hasta inicios de este siglo había menos «cambia-cambia». Solo ocho peloteros se habían desempeñado en tres territorios diferentes, y entre ellos, el más prominente fue el pitcher Mario Véliz. Ganó 113 partidos, perdió 66 y tuvo PCL de 3.58 en 11 series, compartidas entre Villa Clara, la capital (Metropolitanos) y Habana (antigua provincia dividida en Mayabeque y Artemisa).

Después del 2000, el «dale pa̕ aquí y sigue pa̕ allá» se volvió una moda. Sobre todo, a partir de 2013, cuando la lista creció en 21 jugadores que empezaban temporada en una tercera provincia distinta.

Las autoridades nacionales de béisbol han asegurado que estudian cómo regular ese proceso migratorio, con un reglamento que debe estar listo para la temporada 61. Esperemos que sea flexible, racional y permita transacciones que favorezcan el desarrollo de peloteros jóvenes y movimientos determinados por causas personales.

Con los subcampeones nacionales, Samón tiene otra buena oportunidad para resarcirse del maleficio, pues cuando ya no era plantilla de Granma, ese equipo fue rey par de años; igual pasó con Matanzas, y ahora quienes se frotan las manos son los parciales Azules, tras la salida de Samón de su manada.

Otra cosa piensan Borroto y el propio Samón.