Messi exhibe su quinto trofeo. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 06:24 pm
Durante el aislamiento debido a la COVID-19, hay mucho tiempo para realizar comparaciones en las diferentes disciplinas deportivas, y el fútbol está a la vanguardia. ¿Quién ha sido el mejor jugador de la historia? Es una polémica en la que jamás nos pondremos de acuerdo.
Los más jóvenes defienden a «capa y espada» el eterno duelo Cristiano–Messi; los que ya empiezan a peinar canas dirán que si Maradona, Zico, Zinedine Zidane, el fenómeno Ronaldo; los más veteranos apostarán por el flaco Cruyff, Pelé, Di Stéfano; algunos hablan de Omar Sívori, «El Nene» Cubillas, Amancio Amaro «El Gallego de Oro».
Incluso, los más intelectuales en la materia nombran a Tomas Felipe «El Trinche» Carlovich, un excéntrico jugador que en la década del 70 hizo de las suyas en Central de Córdova, un modesto equipo de las divisiones olvidadas del fútbol argentino. Era tal su talento que fue llamado a la selección nacional en una ocasión pero rehusó, pues le hacían falta sus amigos, su matecito, sus noches, sus ausencias a los entrenamientos; a su manera fue el mejor, incluso Maradona cuando llegó a Rosario para jugar con Newell’s dijo: «Yo no soy el mejor que ha pasado por Rosario, no se olviden de El Trinche».
Otros excéntricos, como el norirlandés George Best, Balón de Oro con el Manchester United en 1968, formó con los también Balones de Oro de Escocia Denis Law (1964) y el inglés Bobby Charlton (1966), lo que se conoció como la «Santísima Trinidad» o la «La Trinidad del United». Best tiró por la borda una carrera futbolística, se dice que compartió cama con más de 10 Miss Universo (título concedido anualmente a la mujer más bella del mundo seleccionada en concurso), sus frases lo definen muy bien: «llegué a dejar el alcohol y las mujeres por el fútbol, fueron los peores 20 minutos de mi vida» o «gasté una fortuna en coches, mujeres y alcohol, el otro dinero, lo malgasté». Se necesitan varias páginas para hablar de sus «travesuras».
En 1956 el director de la prestigiosa France Football, Gabriel Hanot creó el premio Balón de Oro, concedido por un jurado de periodistas especializados de las principales publicaciones. Sin embargo, desde el principio presentó serias contradicciones, pues hasta 1995 sólo era entregado a los jugadores con nacionalidad europea. (Ver Tabla 1).
En 1991, quizá motivado por esa limitación, el máximo organismo del fútbol mundial creó el FIFA World Player, con los directores técnicos y los capitanes de las selecciones nacionales como votantes. A partir de ese momento comenzaron dos premios a la vez.(Ver Tabla 2).
En 2010 la FIFA y France Football se unieron para entregar un solo premio, el Balón de Oro de la FIFA, y su primera entrega agregó más polémica e incertidumbre, pues era un año de Copa Mundial y el galardón no recayó en un jugador del equipo campeón. Fue a manos del argentino Lionel Messi, cuya selección no pasó de cuartos de final y él tuvo una más que discreta actuación (ni tan siquiera anotó un gol), y para mayor sorpresa lo obtuvo con récord de votaciones.
La decisión generó mucha controversia en la prensa, que ese año no lo había incluido en los primeros cinco de su lista, pero los capitanes y seleccionadores no votaron nada parecido. Wesley Snijder, Xavi Hernández y Andrés Iniesta eran los candidatos para los especialistas.
Esa discrepancia motivó que a partir de 2011 los principales medios de Europa comenzaron a premiar al Mejor Jugador de la UEFA, que no era auspiciado por France Football, sino por European Sports Media (ESM), sustituyó al antiguo Balón de Oro por tener la misma metodología. La unión de FIFA y France Football solo duró seis años, determinado por una razón de mucho peso: los capitanes y seleccionadores elegían, fundamentalmente, por simpatías (los belga votaron un año por Vicent Kompani, los montenegrino por Goran Pandev y así sucesivamente).
Después volvió el premio de la prestigiosa publicación y la FIFA creó otro denominado The Best, por lo que exceptuando el 2010, el fútbol ha tenido, al menos, dos premiados por año a partir de 1991 (Ver Tabla 4).
Si analizamos las actuaciones individuales, solo tres han estado al más alto nivel por una década. Pelé, Cristiano y Messi.
CR7 pasea su arrogancia por los terrenos ya sea con el United, Real Madrid, Juventus o su selección Portugal, con una potencia marcada por su fuerza mental; al preguntarle a Mbappe cómo catalogaría al futbolista ideal dijo: «tener la pierna derecha de Neymar, la zurda de Messi y la fuerza mental de Cristiano». Es tanta la competitividad del portugués, que solo ha perdido cuatro finales en cerca de 30 que ha disputado, la Euro del 2004 contra Grecia, la Copa del Rey de 2013 ante el Atlético de Madrid, la Súper Copa de Italia este año versus la Lazio y la Champion 2009 frente al Barcelona.
Ha jugado en seis finales de Champions y ha ganado en cinco. Solo lo supera en cantidad de títulos en esa competencia Paco Gento (seis). Encabeza los goleadores históricos en Mundiales de Club, Champions, eliminatorias europeas para Copas del Mundo, eliminatorias de Euro; Pelé, Miroslav Klose, Uwe Seeler y él son los únicos que han marcado en cuatro Copas del Mundo consecutivas. Sin embargo, en La Liga española siempre estuvo a la zaga del Barcelona en lo colectivo y de su gran rival, Lionel Messi, en lo individual.
El argentino, todo talento, es un jugador de PLAYSTATION, pero sufre de metamorfosis. Le sucede como al doctor Jekyll y Míster Hyde, de ser el mejor jugador de la historia del fútbol en ligas, no pasa de ser solo un buen jugador de Copas, uno más dentro de la selección.
Y pongo ejemplos: en las copas fundamentales poco o nada a podido ayudar a los albicelestes, no aparece entre los 20 primeros goleadores en la Copa América (solo ha anotado nueve veces para una pobre media de 0.33), en mundiales registra seis dianas, para 0.32, y aunque en eliminatorias mundialistas es junto con Luis Suárez el máximo goleador con 21, también es quien más partidos ha jugado y su media es de 0.43, inferior, por ejemplo, a la de otros argentinos, como Gabriel Batistuta o Hernán Crespo.
Messi ha perdido 10 finales, solo superado por Javier Mascherano con 11 y ambos son los máximos perdedores en la historia.
De las nueve finales en Copas del Rey ha salido victorioso en 6 (3 al Bilbao, 2 al Sevilla y 1 al Alavés), y ha perdido tres (2 contra el Real Madrid y la más reciente contra el Valencia); en sus cuatro finales en Súper Copa de Europa presenta balance de 3 y 1 y está invicto en Champions, torneo en el que ha salido airoso en tres finales (es bueno recordar que posee cuatro títulos, pues en 2006 jugó la fase de grupos, pero no estuvo en la final).
A pesar de esto, si el Balón de Oro se diera por estadísticas, todos los premios fueran para él, pues nadie en ligas produce tantas anotaciones, tantas asistencias y crea tantas oportunidades de goles como el crack argentino.
Edson Arantes Do Nascimento, Pelé para el mundo futbolístico, no jugó nunca en Europa, tampoco pudo tener la publicidad mediática de la era actual. Una vez le preguntaron por su mejor gol y después de explicar cómo lo hizo, dijo: «ese gol lo recuerdo yo solo, porque no está grabado en ningún rollo» (se refería a los rollo de películas donde se grababan). Único jugador en ganar tres Copas del Mundo, goleador más joven en una final, primero en anotar en cuatro mundiales consecutivos, nueve veces consecutivas líder goleador de la liga Paulista. Asistió a una sola Copa América, en 1959 (los brasileños no le daban importancia a esa justa) y aunque no resultó campeón fue el mejor jugador y líder de goleo con ocho. Sus detractores atribuyen que sus títulos con Brasil se debía a la constelación de estrellas que presentaba el gigante sudamericano, pero el Santos era Pelé y diez que corrían con él. Ganador de la Libertadores en 1962 y 1963 y campeón de las Copas Intercontinentales en esos mismos años: en el 62 al derrotar al Benfica de Eusebio y en 1963 al Milán AC de Maldini (padre), Trapattoni y Altafini.
Para mayor polémica, al conmemorarse el aniversario 60 de la entrega del Balón de Oro un panel de especialistas hizo un estudio sobre quién hubiera recibido el premio de no haber sido solo para jugadores europeos. (Ver Tabla 3)
Aunque esto son solos datos anecdóticos, resulta interesante ver la disparidad de criterios. Usted, amigo lector, seguro tendrá su favorito, y estoy convencido de que seguirán las comparaciones, incluso, cuando la pandemia sea historia.