El derecho Yosimar Cousin lució inmenso en su salida frente a la poderosa tanda de Industriales Autor: Juan Moreno Publicado: 06/01/2020 | 08:11 pm
A Rey Vicente Anglada no le quedan dudas de que si tiene que salir él mismo a lanzar desde la lomita del estadio Cándido González, en el tercer juego del play off semifinal que enfrenta a Industriales y Camagüey, lo va a hacer. Al director de los Azules no le salieron bien las cosas este fin de semana, en el apartado del pitcheo, toda vez que ni Vladimir Baños el primer día ni Erlis Casanova en el segundo, dieron la talla.
Además, los lanzadores del bullpen azul no lucieron la calidad que va ligada a sus nombres y hojas de vida. Para ejemplo, el de Erlis. El pinareño abrió la tarde dominical «parqueando» libremente en la inicial al primer hombre en turno de los agramontinos, el «repescado» indómito Santiago Torres. Fue el inicio de un viacrucis que terminó con la friolera de nueve boletos de libre tránsito otorgado por los serpentineros capitalinos. A estas alturas es, sin duda, inadmisible.
Del otro lado de la hoja, los lanzadores de Miguel Borroto, con luces y sombras, han logrado sortear a la difícil tanda azul, y el equipo ha dado dos «cornadas» que, sin contar una virtual remontada épica de los Leones, los sitúan a la distancia del canto de una herradura de las puertas de la final. Quizá las miles de almas que se reunieron durante tres días —el sábado, aunque no se jugó, se llenó el Latino— hicieron más mella en los nervios de los dueños de casa que en los visitantes orientales. Probablemente haya influido el hecho de que Pedro Luis Lazo, uno de los más grandes lanzadores de la historia de nuestro béisbol, conociera muy bien a los dos abridores azules, con quienes comparte sangre vueltabajera y horas de entrenamiento en el Capitán San Luis, de los Vegueros. Lo cierto es que los Toros de la Llanura regresan a su tierra con la inyección anímica de haber logrado, en la capital, lo que muchos ni siquiera sopesaron como posibilidad. Sus parciales esperan que no se comporten, en su tierra, como toros, sino como tiburones, que al sentir la sangre en el agua, atacan a matar.
No obstante, quizá ahora sean los de Anglada los que tengan la calma de su lado, pues, al invertirse los papeles, muchos no confían en una barrida de los Leones en tierras orientales. Veremos.
En la otra subserie las cosas no pueden estar más parejas. Los elencos de Matanzas y Las Tunas han brindado dos juegos electrizantes, con diferencia de una carrera en el primero y de dos en el segundo, y una victoria por bando.
Con esa división de honores en tierras tuneras, los Cocodrilos de Armando Ferrer esperan lograr, a partir de hoy, asestar las dentelladas necesarias que le permitan avanzar a la defensa del título.
En estas aspiraciones juega un papel de suma importancia el refuerzo César Prieto, quien ha brillado en esta fase semifinal tanto a la defensa como en el cajón de bateo.
«Me estuve preparando en los días de fin de año, y por fortuna me han salido bien las cosas», dijo César a JR, vía online.
El cienfueguero no ha tenido misericordia con los lanzadores tuneros, a quienes les ha «coheteado» en siete oportunidades de diez.
Al preguntarle sobre la posibilidad de ganar la corona con un equipo distinto al de su tierra, el camarero no dudó en dejar claro que no importa con quién se gane, que para él ceñirse la corona de la pelota cubana es algo grande.
Con respecto a la no inclusión de Cuba en la venidera Serie del Caribe, Prieto confesó que la motivación de los jugadores no es ganar para ir a un torneo específico.
«Al final, nosotros los cubanos llevamos al béisbol en el corazón. Pase lo que pase, es un gran mérito ganar un título. Eso es lo más importante», expresó.
Este martes se reanudan los pareos, con la posibilidad de conocer al primer finalista, en dependencia de lo que suceda en el Cándido González de la tierra de El Mayor.