beisbol Juvenil Autor: Facebook Publicado: 11/04/2019 | 01:01 pm
Un aguacero no quiso que se supiera el otro adversario de la final. Sancti Spíritus tiene la victoria en tercera con un out, pero debe concretarla por la mañana para aspirar al título un rato después.
La última jornada de la ronda final del campeonato nacional de béisbol juvenil no podía ser más expectante. Tres equipos: Sancti Spíritus, Santiago de Cuba y Granma, amanecieron abrazados en la cima y solo dos podían aspirar al título, y cuando parecía que todo iba a quedar decidido, llegó un aguacero a la ciudad de Yayabo y mandó a parar.
En horario matutino, los pequeños Alazanes hilvanaron su cuarto triunfo seguido después de caer en la fecha inaugural ante los Gallitos. Entre sus victorias hubo una por súper KO ante Camagüey.
El éxito ante sus vecinos de Santiago de Cuba con marcador de 6-2 confirmó el viejo axioma de que no van lejos los de adelante si los de atrás corren bien, pues los granmenses habían avanzado a la final como uno de los mejores segundos lugares de la fase preliminar, a la escolta de los indómitos, punteros del grupo D.
Ese resultado obligaba a los anfitriones de la final a vencer al elenco de Matanzas, que aún no había logrado ningún triunfo pese a que había sido el equipo de más victorias en la fase clasificatoria (29-6). El partido llegó al noveno inning empatado a dos carreras y un torrencial aguacero estiró hasta hoy la definición cuando los espirituanos tenían las bases llenas y un solo out.
Fue tal el diluvio, según reportes del colega Maikel Martín Gallego en su perfil de Facebook, que hubo que sellar el juego y dejar en blanco la casilla donde va el nombre del adversario de Granma por la corona. Hoy a las 8:45 de la mañana se reanudará el crucial desafío.
Si ganan los anfitriones van por el oro, si no, ese privilegio le tocaría a Santiago de Cuba, mientras Camagüey espera por su rival para discutir el bronce, tras imponerse ayer a Pinar del Río por 3-2.
Los Vueltabajeros quedaron en la quinta plaza con balance de 2-3 y los yumurinos no tienen forma de salir del sótano (0-4 y el sellado), pero sí pueden despedirse del campeonato aguándoles la fiesta a los locales.