El éxito de este jueves fue el mejor regalo de cumpleaños que Yudari pudo desear. Autor: Tomada de Facebook Publicado: 15/11/2018 | 03:23 pm
Pasar un cumpleaños lejos de la familia no suele ser una de las experiencias más agradables de la vida. Aunque haya cake, pasta de bocaditos y ensalada fría, cuando no se está cerca de los seres queridos, se pierde un poco la magia de ese día tan especial. Supongo que para Yudari Sánchez el pasado jueves pudiera haber resultado así de incómodo, pero curiosamente no lo fue.
La luchadora avileña, que por estos días se encuentra en Bucarest, tuvo ayer un aniversario perfecto, pues aunque apartada por las circunstancias de sus parientes biológicos, celebró con sus parientes deportivos la medalla de oro del Mundial sub-23.
En Facebook Live se puede ver un video de la final, filmado por su compañero Daniel Gregorich. El subcampeón de los 87 kilos grita a viva voz: «Yudari cógele el brazo. Bajita Yudari. Azul pasiva (color de su rival, la japonesa Miwa Morikawa)». A su lado, se escuchan las instrucciones de otros coaches de grada, que le animan en diferentes versiones del español de Cervantes. Mientras, sobre el colchón, la muchacha empuja y hala sin cesar, tratando de romper el equilibrio de la nipona.
La alumna de Filiberto se adelanta en el combate. Gana 2-0 al cierre del primer tiempo. En el segundo las cosas se complican. Morikawa empata y la tensión aumenta. Las instrucciones siguen llegando desde los laterales de la instalación. A falta de veinte segundos, o menos, Yudari recupera terreno y consigue una técnica que pudiera significar la ventaja definitiva. El árbitro dice que no. Hay una reclamación. Procede. La cubana levanta los brazos en señal de victoria. Van quedando seis compases del reloj, que resultan igual de lentos y eléctricos. Una maniobra al borde del redondel parece terminar en un punto para la asiática. No pasa nada. Un «sí» más largo que la distancia desde Cuba hasta Rumanía se escucha cuando los altavoces anuncian la ganadora del pleito. Hay nueva reina en los 68 kilogramos. Veintiuna velitas doradas para la chica del centro de la Isla.
Del otro lado del Atlántico, uno puede imaginarse a un grupo de gente aullando de alegría en un parque wifi, aunque también se puede pensar en esas mismas personas, sin wifi ni Nauta hogar, desesperadas por saber el dichoso resultado. De cualquier forma, seguro que allá en casa a la joven campeona la espera una máquina del tiempo, encargada de trasladar su cumpleaños hasta el día en que toda la familia se puedan reunir y cantar: ¡Felicidades Yudari en tu día!.