Damián Arce demostró que está listo para retos mayores. Autor: Roberto Morejón Guerra Publicado: 26/05/2018 | 01:19 pm
En la conferencia de prensa previa al match de vuelta de semifinales, correspondiente a la 8va. Serie Mundial de Boxeo (WSB, por sus siglas en inglés), el gerente general de los Gallos de Pelea franceses, Brahim Asloum, había anunciado sorpresas para el duelo de este viernes. Al parecer, los tres profesionales incluidos esta vez en su escuadra serían el revulsivo perfecto para los europeos en su intento por remontar un 3-2 desfavorable frente a los Domadores de Cuba, y de paso conseguir el boleto a la final de esta edición.
No obstante, más allá de las expectativas, una vez más los visitantes se estrellaron contra las murallas de la Ciudad Deportiva, fortaleza que los púgiles cubanos jamás han fallado en defender de cualquier asedio, y que por tato continúa invicta hasta la fecha, a cinco años del debut de la franquicia antillana en este torneo por equipos.
La noche comenzó con un combate de pronóstico reservado en los minimosca (49 kg), pues tanto el campeón nacional Damián Arce como el español Samuel Carmona se veían por vez primera. Sin embargo, de nuevo el camagüeyano volvió a dar muestras de su valía sobre el ring para hacer un combate muy ofensivo que desarticuló cualquier estrategia del europeo. Y es que Arce podrá tener trabajo pendiente en el apartado técnico, pero es capaz de suplir sus carencias con un resto físico sencillamente impresionante, que en ocasiones hacen parecer que estamos viendo una máquina incansable y no un hombre de carne y hueso.
En los 56 kilogramos, el doble monarca olímpico Robeisy Ramírez dio otra excelente exhibición frente al galo Samuel Kistohurry basada como casi siempre en una combinación muy precisa de estilo puro y fiereza, elementos característicos en el hacer del estelar cienfueguero, sin dudas uno de los grandes favoritos de la grada.
Un rato más tarde, Andy Cruz (64 kg), quien actualmente es, con el respeto de otros grandes, el mejor boxeador libra por libra de este archipiélago, puso de pie al Coliseo cuando conectó un fulminante derechazo que dejó knockout al gabonés Morgan N’Dong. Pudieran pasar muchas cosas de aquí a Tokio 2020, pero este muchacho parece tener en sus manos la clave de una carrera deportiva gloriosa.
Arlen fue uno de los que terminó la «tarea» antes de tiempo Foto: Roberto Morejón
La historia del combate previo se repitió… ¡dos veces más! Como para no quedarse por debajo de la excelente actuación de sus colegas, dos guantanameros y campeones del mundo: el mediano (75 kg) Arlen López, y luego el pesado (91 kg) Erislandy Savón, terminaron su «tarea» antes de tiempo.
Arlen fustigó al Martin Owono, quien no se percató de que la decisión de «tirarle la toalla» fue una forma de cuidar su integridad física por encima de su orgullo; mientras, Erislandy tuvo en el francés Sylvain Luce un rival muy osado, cuyo mayor mérito estuvo en ser capaz de aguantar las embestidas del cubano hasta el cuarto asalto, momento en que sus entrenadores decidieron retirarlo.
Con este resultado de 5-0, sumado a la victoria en la ida, los cubanos se hicieron con el match de forma incontestable (8-2), y lograron su quinto boleto a la final en igual cantidad de participaciones.
En la otra vuelta de semifinales, los Astaná Arlans de Kazajstán dominaron 4-1 a los Corazones de León británicos, y se hicieron con el tope con global de 7-3.
Así es que para 2018 se repetirá la final del año anterior, cuando los kazajos vencieron a los cubanos 6-5 gracias a una espectacular remontada. ¿Habrá revancha? ¿Repetirán los «lobos»? De momento, la mesa está servida para un banquete especial.
Fotos: Abel Rojas Barallobre