El habanero Miguel Díaz (izquierda) se convirtió en el primer cubano en recibir el Premio al Servicio Distinguido que ofrece la Federación Mundial de Bádminton. Autor: BWF Publicado: 23/05/2018 | 06:42 pm
En el umbral del actual milenio, exactamente el 2 de marzo del año 2000, nació en el habanero Coliseo de la Ciudad Deportiva el Torneo Internacional Giraldilla de Bádminton, con la participación de 24 países. Aunque los anfitriones no pudieron materializar ninguna medalla, el surgimiento de esta lid en nuestro país planteó el reto de mantenerla, algo que, con sus pros y contras, ha sido posible de manera ininterrumpida. Esta competición, entre las habituales del circuito latinoamericano, cumplirá sus primeras dos décadas de vida el próximo año.
Como resultado de la estabilidad de ese evento y el constante esfuerzo por fomentar la práctica del bádminton en la Isla, Cuba puede presumir de tener a un jugador de 28 abriles, llamado Osleni Guerrero, que se convirtió hace dos años en el primer y único antillano en participar en una edición de los Juegos Olímpicos, en este caso la de Río de Janeiro, donde, además, conquistó un triunfo.
Comenzar hablando de dos de los momentos más trascendentales en la historia del deporte de los volantes en Cuba obedece a que, detrás de esos logros y de muchos otros que serían imposibles de abordar en este espacio, aparece el nombre de Gervasio Miguel Díaz Fernández, un hombre de 76 años considerado como el padre de esta disciplina en la Mayor de las Antillas y que por estos días vive una insuperable recompensa por más de 40 años dedicados a promover el desarrollo del bádminton en territorio cubano y otros lares.
Junto a la tailandesa Nahathai Sornprachum y el alemán Gunther Klutzke, el avezado federativo habanero fue galardonado en Bangkok, capital de Tailandia, durante la Reunión General Anual de la Federación Mundial del deporte, que concluyó ayer tras una semana de actividades. En dicha ciudad asiática, Miguelito, como se le conoce popularmente en su gremio, recibió el Premio al Servicio Distinguido —por su destacada contribución al desarrollo del bádminton a nivel nacional e internacional— de manos del danés Poul-Erik Hoyer, presidente del organismo rector a nivel mundial de la disciplina.
Vishu Tolan, presidente de la Confederación Panamericana, expresó que «a través de su pasión y compromiso, ha evolucionado este deporte hasta ver a un cubano debutar en unos Juegos Olímpicos. Gracias a sus gestiones, de una disciplina casi desconocida, el bádminton ahora se transmite en vivo en Cuba durante eventos internacionales».
Díaz declaró a la página web de la Federación Mundial que el premio no le pertenecía solo a él, sino al dedicado grupo de personas que han trabajado en pos del progreso del bádminton en la Isla. «Esto es significativo, no solo por la labor realizada, sino por ser el primer cubano en recibir este galardón. Es una demostración de que incluso, a través de las dificultades, si se tiene voluntad y amigos dispuestos a trabajar, se puede hacer cualquier cosa. Tengo 76 años y seguiré activo», aseguró.
El expediente de Miguel refleja su amplia dedicación al deporte, pues antes de vincularse directamente con la disciplina que lo encumbró, fue fundador del Inder en 1961. El 21 de noviembre de 1979 fue uno de los artífices en la creación de la Federación Cubana de Bádminton, organismo que dirigió hasta octubre de 2017. Igualmente, según señala el portal web de las Representaciones Diplomáticas de Cuba en el Exterior, desempeñó altas responsabilidades internacionales como vicepresidente de la Confederación Panamericana y presidente de la Confederación de Bádminton para América Central y el Caribe.