La final se ha mostrado tan reñida como esta jugada en tercera base. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 25/01/2018 | 01:02 am
BAYAMO, Granma.— De todas las cábalas, solo una surtió efecto anoche en el cuarto duelo de la final: los Alazanes siguen imbatibles en esta postemporada cuando juegan en su patio y con un triunfo por 4-2 llegaron a cinco éxitos seguidos y siete si se suman los dos últimos ante Ciego de Ávila en la serie pasada.
Ahora el play off se empató a dos triunfos por bando y el campeón se decidirá en Las Tunas, cuyo elenco solo había perdido un partido los miércoles durante toda la temporada, y cada vez que llegaban a las postrimerías con ventaja en la postemporada sus posibilidades de victoria aumentaban por la presencia de José Ángel García en el bull pen. Pero anoche, otra fue la suerte del Barbero de Guanajay.
Aunque ambos equipos se jactan de contar con hombres de mucho poder al bate, esta vez fueron las piernas veloces las que se robaron el protagonismo. Y en eso de exhibir dotes de artista en el corrido de las bases, Roel Santos fue un maestro.
Primero largó un triple y anotó él mismo el empate, luego dobló como una exhalación por segunda y llegó quieto a tercera con roletazo de Yordan Manduley por la antesala, pero lo mejor estuvo en el octavo cuando machucó la pelota ante un pitcheo de Luis Ángel Gómez y ancló en la intermedia con el mal tiro a la inicial del lanzador. Ahí se desbocaron los Alazanes.
Antes de empezar ese inning, Carlos Martí reunió a sus muchachos y les dijo: «Aquí hay que hacer algo raro, cualquier cosa, pero este juego no se puede perder», e intercaló una palabra irrepetible en un periódico, pero típica de los momentos cruciales. Imagínela usted.
Ese meeting, poco habitual en la filosofía de Martí, surtió su efecto, pues unos minutos después el Mártires de Barbados se quería caer con la remontada de los Alazanes y si no se desplomó fue por los miles de aficionados que estaban afuera sosteniéndolo con sus aplausos.
Tras la jugada del hombre proa de la alineación local, que decretó la sustitución de Luis Ángel Gómez por José Ángel García, se combinaron hits de Manduley, Carlos Benítez y Yulexis La Rosa, con boleto intencional a Alfredo Despaigne y par de errores en tiro. En resumen: Granma pisó tres veces la goma y automáticamente se escuchó la música de Cándido Fabré en toda la provincia.
Lázaro Blanco no pudo ganar el juego, pero sus sustitutos, Leandro Martínez y Raidel Martínez, contuvieron a los Leñadores, para no malograr la buena actuación del abridor, quien se presentó con dominio de la zona de strike y mucha efectividad en su slider. «Me enfoqué en el control y en sacar los primeros outs de cada entrada», dijo la principal carta del pitcheo granmense en la conferencia de prensa.
A la inversa le sucedió al zurdo Luis Ángel, pues sus relevos no pudieron concretar el triunfo después de su buena actuación durante siete capítulos.
Unas líneas aparte para Alfredo Despaigne. El Caballo de los Caballos volvió a jugar en el jardín izquierdo, pese a estar más de un año sin cubrir esa posición. Defendió y corrió entre bases sin pensar en el dinero que arriesga en caso de lesionarse, pues el mes que viene debe incorporarse a su club en el béisbol profesional japonés.
Carlos Martí lo calificó como un ejemplo del béisbol cubano, un atleta que se entrega totalmente a su camiseta. «Fue él quien nos pidió jugar a la defensa, y aunque se siente el rigor ya me dijo que si hace falta mañana (hoy) vuelve al jardín izquierdo».
Martí ratificó a Ulfrido García para el quinto partido, mientras Pablo Civil dijo que no está definido el abridor, aunque mencionó tres nombres: Yudiel Rodríguez, Yariel Rodríguez y Yoalkis Cruz.